En la categoría de bronce, tanto en la extinta Segunda ‘B’ como en la actual Primera RFEF, siempre es difícil apostar al caballo ganador. Claro que hay favoritos todos los años: por la historia y entidad del equipo, por la amplia masa social o por la confección de la plantilla -o los tres factores a la vez-. Pero es muy difícil acertar con los pronósticos. No todos cumplen con las expectativas mientras que las sorpresas de equipos inesperados en la lucha por el ascenso son cada vez más usuales de ver.

El CD Eldense es uno de esos candidatos para subir a Segunda División. Y como ya se ha hablado en anteriores artículos, es por la planificación de la plantilla. Prácticamente remodelada de principio a fin, salvo algunas figuras vitales que sobresalieron en Segunda RFEF, la escuadra del club alicantino está plagada de talento y calidad, con algunos de los nombres más destacados de la categoría. Todo fichado a golpe de talonario -pero ojo, que no han sido los únicos que han tirado la casa por la ventana-.
Este tipo de proyectos conllevan muchos riesgos. Se crean unas expectativas utópicas para un equipo que se ha formado para conseguir un consecutivo salto de categoría. Nada más y nada menos. La inversión que se ha hecho en el conjunto del Nuevo Pepico Amat aspira a eso. Todo lo demás sería un fracaso, no tanto deportivo -ya que vienen de varios ascensos en muy pocos años-, sino económico.

Y no es extraño que una planificación de este tipo fracase. No sería la primera, ni la última vez que pasara. Podemos preguntar por Badajoz o La Coruña –ambos en sus propios estadios– sobre cuando se quedaron a las puertas del fútbol profesional con las mejores plantillas -y de largo- de sus respectivas temporadas.
Los nombres te pueden ganar un partido en específico, la calidad individual es capaz de hacerlo -y más, la que hay en el CD Eldense-, pero en el fútbol existen varios factores que pueden frenar las expectativas de un equipo en seco, es un deporte de 11 jugadores -más los que aportan desde el banquillo-.
Una mala dirección estratégica, problemas de entendimiento entre jugadores y técnicos o la mera falta de suerte son algunas de las trabas que se han reflejados en algunos de los proyectos más ambiciosos de los últimos años.

Por ello, cuando la dirección deportiva de los alicantinos anunciaba sin parar contrataciones de futbolistas de renombre de la categoría, las expectativas sobre ellos crecían cada vez más.
Una expectación de tal magnitud que podría llegar a ser un arma de doble filo para los del municipio de Elda durante el desarrollo de su temporada de estreno en Primera RFEF. Desde un principio, estaban obligados a aspirar a lo más alto.
Y lo cierto es que el CD Eldense, ya no solo es uno de los favoritos al ascenso por la plantilla que presenta -eso ya se daba por hecho- sino por el fantástico rendimiento que está ofreciendo, impulsando al club centenario a los puestos de arriba de la tabla -incluso rozando números de récord de victorias consecutivas en la Primera RFEF-.
La inversión está dando sus frutos antes de lo esperado, teniendo en cuenta la gran cantidad de caras nuevas del equipo y la complicidad que están demostrando dentro del campo.
Los eldenses se han convertido en uno de los equipos más en forma de la categoría, consolidando el meteórico crecimiento de la entidad en estos últimos años. El derecho a soñar con el ascenso ya planeaba sobre las gradas del Nuevo Pepico Amat, pero con el rendimiento que está ofreciendo el cuadro entrenado por Fernando Estévez -el técnico que llevó al Badajoz a la final por el ascenso en una temporada ‘casi’ perfecta- se han ganado ese derecho por méritos deportivos y no económicos.
La calidad individual del vestuario se ha potenciado gracias a la unión de grupo que se ha conseguido -y la competitividad en cada puesto-. Eso, sumando la gran dirección de un técnico experimentado en la categoría -que ha conseguido que una plantilla con 18 caras nuevas juegue como si llevaran años juntos-, da como resultado en un serio candidato al ascenso.
Técnicamente es demasiado pronto como para adivinar el destino de los alicantinos. Pero es cierto que, en una etapa repleta de críticas por la gran inversión económica que se ha realizado -en una categoría donde los equipos están ‘ahogados’ financieramente-, el CD Eldense ha dado muestras de un gran juego, no sólo fruto de la individualidad, sino de un colectivo bien dirigido, que los destaca muy positivamente entre los equipos del Grupo II –el más igualado esta campaña-.
El ascenso es una posibilidad, pero eso todavía queda muy lejos. Toca ver cómo se las apañarán cuando lleguen las malas rachas -si es que llegan- y cómo evoluciona su juego y rendimiento, pero tiene pinta de que estamos hablando de uno de los equipos que van a estar en todo momento en la feroz lucha por llegar a la Segunda División.
Imagen principal: @CD_Eldense.