La categoría de bronce del fútbol español es un escalón dispar para muchos de los equipos que participan en ella. La riqueza de clubes, entre los que se mezclan pequeños e históricos de este deporte en nuestro país, hace que para algunos sea una oportunidad única de rozar el fútbol profesional y para otros como el Deportivo, que el periplo en esta división sea un completo infierno.

El Deportivo de La Coruña es uno de esos clubes que se enmarcan en la segunda situación. Lo mismo podríamos decir de otros tantos como el Racing de Santander -que consiguió el ascenso la temporada pasada-, el Córdoba, el Castellón, el Murcia, la Cultural Leonesa o el Gimnástic de Tarragona. Clubes que, si echamos la vista atrás en el tiempo, nos tienen acostumbrados a competir en divisiones superiores, incluso en Primera División.

El caso de los gallegos es bastante especial. Es el único equipo que ha conseguido ser campeón de Primera en participar en Primera RFEF -y la extinta Segunda B-. Por ello, no es de extrañar, que para los aficionados deportivistas estas últimas temporadas hayan vivido una completa pesadilla de la que pretenden despertar lo más pronto posible. Es que incluso Segunda División se les quedaba corta en su momento, pero el fútbol es tan bonito como traicionero.

Deportivo de La Coruña Champions
Vía @RCDeportivo.

Los blanquiazules afrontan su tercera campaña consecutiva en esta categoría, siendo de nuevo los máximos favoritos para conseguir el ascenso. Pero como ya se ha visto, la historia de un club no gana partidos y mucho menos en una competición tan aguerrida como esta.

El fracaso de la primera temporada en Segunda B -que fue la de la remodelación por el cambio a las categorías RFEF- supuso un golpe muy duro para un club que pasó de luchar por ascender a Segunda a intentar conseguir un hueco en la Primera RFEF. Y eso que mantuvieron a muchos nombres reconocidos de la plantilla del año anterior como Álex Bergantiños, Claudio Beauvue, Eneko Bóveda -estos tres con experiencia en Primera División-, Borja Galán, Borja Granero o Celso Borges -que volvía al club gallego con los que disputó cuatro temporadas en la máxima categoría-.

Pero no pudo ser. Además, con el factor pandémico todavía latente, el factor Riazor como jugador número 12 perdió toda su magia. Una temporada complicada y rara, que se recuerda como una ‘lucha de sangre’ en unas escasas 18 jornadas -más las de la segunda fase de la competición- que te permitían un margen de error mínimo que el Deportivo no pudo acertar -se quedó a un punto de poder luchar por ascender a Segunda-. Una completa decepción para un equipo que aspiraba a arrasar.

El estreno de Primera RFEF nos ‘regaló’ un grupo en la que los principales atractivos eran el Racing de Santander y el propio Deportivo. Además, al cartel de la competición se sumaban varios equipos con experiencia en el fútbol profesional, incluso en Primera, como la UD Logroñés, la Cultural Leonesa, el Real Unión, el Racing de Ferrol, el Rayo Majadahonda o la UD Extremadura -que descendería a mediados de temporada por no poder acometer los gastos propios de la competición-.

Todo apuntaba a un duelo de titanes entre gallegos y cántabros. Y así fue durante la mayor parte de la temporada. Incluso los blanquiazules lideraron la clasificación con holgura durante numerosas jornadas. Sin embargo, las rachas negativas sin conseguir los tres puntos de los deportivistas alzaron a un Racing de Santander que acabó ascendiendo a Segunda División -por ser campeón del Grupo I- con 8 puntos de diferencia con respecto al Deportivo.

Los de Riazor, que volvían a presentarse como máximos favoritos para el ascenso directo, se la jugaban en el play-off de ascenso cuya organización y designación de sede -Galicia- fue una polémica muy candente durante el último tramo de temporada. Se vea como se vea, la situación beneficiaba a los equipos gallegos que aspiraban al ascenso entre los que se encontraban el Dépor -que jugó los dos partidos en Riazor- y el Ferrol.

Deportivo - Albacete Playoff Ascenso 2ª
Vía @RCDeportivo.

Los blanquiazules, con una de las mejores plantillas de la categoría -que mezclaba experimentados en categorías superiores y figuras de la división de bronce-, arrasó en las semifinales a un heroico Linares, que se vio apaleado por un contundente 4-0 en un estadio de Riazor lleno a reventar de aficionados deportivistas. El concepto de ‘neutralidad’ fue nulo en este encuentro.

La final en la que se enfrentaría con el Albacete -otro de los clubes con la escuadra más potente- fue digna de un encuentro sumamente épico. Solo una final podría ser así. El Deportivo, que se adelantó poco antes de la primera media hora del encuentro, rozó casi literalmente con los dedos el regreso a Segunda División durante la mayor parte del partido. Incluso parecía finiquitado.

Pero un gol de los manchegos a menos de diez minutos del final alargó el enfrentamiento hasta la prórroga. Comenzaban los nervios. Allí en un agónico gol de Jordi Sánchez en el 112’, se consumaría el ascenso del Albacete en el propio campo del Deportivo. La magia del fútbol nos da momentos en los que algunos están en su máxima felicidad y al otro lado, aquellos en su máxima tristeza.

Sin embargo, al contrario que la temporada anterior, no se podría catalogar la campaña del Deportivo como un fracaso. El equipo compitió hasta el final. Es cierto que, en la liga, la irregularidad en ciertos tramos de la temporada facilitó el ascenso de un Racing cuyo rendimiento fue progresivo -y acabó la campaña de manera espectacular-. Ahora bien, jugársela todo a uno/dos partidos ya es cuestión de suerte, incluso jugando en tu propio campo. Y el Deportivo, en este caso, luchó hasta el final, con un cierre difícil de digerir, pero es el camino que seguir para volver.

Ahora, en la temporada recién comenzada, los gallegos vuelven a partir como máximos candidatos al ascenso directo -es decir, como campeones de grupo-. Ya no solo por la entidad o historia del club -que se aproxima a los 20000 abonados en la tercera categoría- sino por el mercado de fichajes que se han marcado -junto a Córdoba, Eldense y Alcorcón, los que mejor se han movido y reforzado-. Entre las nuevas caras -a las que casi se une Lucas Pérez- destacan Ibai Gómez -que llega directamente del Athletic Club-, Kuki Zalazar, Gorka Santamaría, Isi Gómez, Roberto Olabe, Rubén Díez o Raúl Carnero.

Vía @RCDeportivo.

Con la primera jornada ya disputada, todavía no hemos podido disfrutar de manera oficial del club dirigido por Borja Jiménez. Los gallegos han sido los grandes damnificados de la fecha inaugural de la temporada, al ver aplazado su encuentro con el DUX Internacional, debido a la polémica desinscripción por parte de la Federación -ante la incapacidad de los madrileños de competir-.

El Deportivo se encuentra ante una nueva oportunidad para buscar y conseguir el ansiado ascenso. Por historia y afición, este club nunca debería de haber bajado de Primera División, pero el primer paso para volver a esas históricas noches es salir del ‘pozo’ que supone para uno de los grandes de nuestro fútbol la división de bronce.

Al fin y al cabo, el mérito se consigue en el campo. Ya se ha visto que la fama no asciende a los equipos. Por plantilla, el Deportivo va a luchar por estar allí arriba, pero esta categoría es más igualada de lo que se pueda creer. Cualquiera le puede ganar a cualquiera, y una mala racha puede condenar todo el esfuerzo de una temporada entera.

Imagen principal: @RCDeportivo.


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