La Primera RFEF tiene una oportunidad para evolucionar y mejorar. Tras el desastre general que supuso la pasada campaña, con la guinda del fracasado sistema de ascenso, la Federación está a tiempo de preparar una nueva temporada que cumpla con las expectativas iniciales que se tuvieron de la competición. Ya se han puesto las primeras piedras para ello: el cambio del play-off, las fechas de comienzo y final de temporada y los nuevos grupos.
Como se suele decir “año nuevo, vida nueva”, aunque en este caso sería algo como “a nueva temporada, equipos nuevos y más quebraderos de cabeza”. Y es que disminuir el número de equipos, que resultaban más de 80 en la antigua Segunda B, a los actuales 40 en la Primera RFEF, ha traído muchas ventajas a la competición: mayor nivel y más posibilidades de ascenso a Segunda. Punto positivo para la Federación. Pero a su vez, un criterio sin sentido a la hora de organizar a los clubes en los nuevos grupos.
Sin embargo, como ya se pudo ver en la campaña anterior, es la propia Federación quien se complica la vida a sí misma en una tarea tan sencilla como diseñar los grupos. En Segunda B, al ser cuatro, no era muy difícil imaginar cómo iban a ser al estar España dividida en cuatro franjas imaginarias. Por ello, con excepciones muy concretas, prácticamente eran los mismos grupos. En cambio, en Primera RFEF, aún no se entiende muy bien la lógica a seguir.
Ya hubo cierta polémica la pasada temporada, con una rara repartición en diagonal de los clubes claramente enfocada a que se jugara el ‘mini Clásico’ entre los filiales de Barça y Madrid. Era extraño encontrar a algún aficionado contento con ello. Que se lo pregunten a los gaditanos y andorranos si les hacía gracia cruzar literalmente toda España de punta a punta.

Es obvio que en una categoría “profesional”, como la define la Federación, aunque de momento se estanca en “semi”, se crucen clubes de todas las zonas del país. Es lo que tiene una categoría que intenta acercarse lo máximo posible a la Segunda División, y que cada año recibe 14 equipos nuevos entre ascensos y descensos. Y en teoría está increíblemente planteado, pero en la práctica está conllevando más de un problema para los equipos.
¿Es tan difícil dividir los grupos entre Norte y Sur? ¿No es lógico intentar que los clubes gasten lo menos posible en desplazamientos? Parece ser que estas preguntas no van a encontrar respuesta, como mínimo, hasta la temporada 2023/2024. De nuevo, la Federación ha puesto en marcha una repartición en diagonal que claramente beneficia más a un grupo que a otro en términos de viajes y sus consecuentes gastos.
A diferencia del curso recién finalizado, se apuesta por una partición muy diferente. Diría que incluso más extraña que la anterior, y mira que era difícil. Se podría definir como una división entre Este y Oeste (opción 2, más abajo) incluyendo a los equipos madrileños en el perfil zurdo, que a simple vista ya se puede intuir quiénes van a “disfrutar” de muchos más kilómetros de recorridos.
De nuevo, los gaditanos (incluida la AD Ceuta) van a tener que cruzar el país de punta a punta, pero esta vez a la del otro lado, que tampoco van a ser todo quejas. Lo mismo va para los gallegos, que de por sí son los que mayores desplazamientos iban a tener que realizar tocara el grupo que tocara. No tengo ni idea de quiénes plantean estos tipos de propuestas dentro de la Federación, pero cierto es que se someten a votación entre los representantes de todos los clubes participantes, y no se entiende que haya ganado la opción más desequilibrada entre ambos grupos.
La otra opción (1), también por la “inquebrantable” repartición en diagonal, suponía un mayor equilibrio en las distancias a recorrer por los equipos. No como en la propuesta elegida, en la que diría que es bochornosa la diferencia de kilómetros que obviamente se va a reflejar en numerosos aspectos como el cansancio de los jugadores, la afluencia de aficionados en los encuentros de visitantes y en el porcentaje de presupuesto destinado a los viajes.
Es imposible contentar a todos, es un hecho. Siempre van a haber mayores perjudicados que otros, incluso beneficiados. Pero se pueden seguir parámetros lógicos para asegurar el equilibrio de la competición, como es la distancia de los posibles enfrentamientos y las diferencias entre un grupo y otro. Al fin y al cabo, estos equipos se cruzarán al final de temporada en la promoción de ascenso. ¿Es justo que un club tenga que gastar más en viajes mientras que otros se pueden permitir mayores sueldos trayendo a mejores jugadores?
La Federación debe ayudar económicamente a los clubes más perjudicados por los desplazamientos. Y que esas promesas, que ya se hicieron el año pasado, no se queden a mitad de camino, ya que los equipos tienen que llegar a su destino.
Cierto es, por otra parte, que los grupos se encuentran a priori más nivelados. El año pasado, tres de los cuatro descendidos de Segunda fueron a parar al mismo, mientras que este año se reparten dos y dos. Y es que, visto lo visto tiene pinta que cada año va a ejecutarse una propuesta diferente, todo dependiendo de los movimientos de los equipos entre ascensos y descensos. Nada está asegurado y prácticamente cualquiera puede tocarle jugar con cualquiera, algo que resulta muy llamativo para el aficionado.
La Federación debe ponerse las pilas, aunque se entiende que no es fácil perfeccionar una categoría en poco más de una temporada. Al menos están planteando la campaña con tiempo de antelación y han escuchado a los aficionados, clubes y propios jugadores que pedían a gritos cambiar el sistema de ascenso, cosa que se ha realizado y resulta en un gran acierto a destacar. Esa es la imagen que debe dar la Federación, cuyas decisiones no recaigan en personajes con traje y corbata sino en aquellos que cada domingo van a un estadio a disfrutar de la competición.
Ahora, con mayor o menor polémica por la elección de los nuevos grupos, toca asegurar temas clave como los derechos de televisión, cuyo baile de promotoras durante este año ha resultado ser un completo chiste, propio de telenovela.
Imagen principal: Twitter @realracingclub.