En pleno mercado, y después de una temporada sobresaliente en forma de doblete, el Real Madrid y Marco Asensio encaran un verano turbulento con tres posibles decisiones sobre la mesa: renovar, vender, o esperar.
El contrato del jugador balear expira el próximo verano y desde la cúpula blanca empiezan a pensar que, probablemente, ha llegado el momento de desprenderse de un jugador más que amortizado desde que aterrizara en junio de 2015: inversión simbólica de 3,7 millones, seis temporadas de nivel notable y 14 títulos avalan la apuesta que Florentino hizo en su día. Un valor aproximado de 50 millones y el fuerte interés por los cocos de Europa, invitan a la venta.
Durante todo este tiempo, Asensio ha sido un cúmulo constante de altibajos. La viva imagen de la irregularidad. A pesar de su capacidad resolutiva en momentos clave, ni su fútbol, ni las circunstancias, ni su falta de ambición le han permitido convertirse en un jugador titular, franquicia e intocable en el Real Madrid. Nunca lo ha sido.
Todavía resuena aquella frase contundente tras la salida de Cristiano ante el reclamo popular para que acaparase galones: «Yo no tengo que tirar del carro», sentenció. Y no mintió, pues nunca se ha percibido que Asensio haya estado por la labor de ocupar el podio de todo un Real Madrid. Él siempre ha optado por permanecer en un segundo plano. Talento tenía para lo primero.
La llegada de jóvenes estrellas, de proyectos a largo plazo como lo que Asensio fue en su día, le relega a un segundo plano. Porque él así lo eligió. Los Rodrygo y Vinicius han rebosado ese hambre por triunfar que al mallorquín le ha faltado; Valverde, pulmón incansable, también está por delante; y Hazard lleva advirtiendo desde el final de temporada que va a subirse al último tren para triunfar de blanco. Que se siente en deuda. Justo ese último tren que parece que Asensio perdió hace tiempo.
No hay duda de que Asensio es un suplente de lujo, pero parece que una venta es lo más lógico y beneficioso para ambas partes. El Madrid sabe que Asensio desprende ‘marketing’ por sus cuatro costados y que podrá sacar 50 kilos por él.
El jugador sabe que el arroz en el Bernabéu se le ha pasado y sueña con estar en Qatar, por lo que necesita los minutos y el protagonismo de los que ha renegado todos estos años. En un club sin tanto peso como el Madrid probablemente podrá encontrarlos.
Imagen principal: Twitter @marcoasensio10.