1 de septiembre: Se consume el deseo madridista de ver a Kylian Mbappé de blanco o, en otras palabras, un fichaje que levante el ánimo en la capital. Sin embargo, por cosas del destino el Real Madrid acertó de pleno en no caer en la trampa qatarí. Se ahorró el absurdo despilfarro e incorporó a Camavinga. Y ahí no quedó todo: En casa han encontrado lo que buscaban con el fichaje de Mbappé. El inicio de temporada ha mostrado una nueva e ilusionante versión de Vinicius Jr.
Desde su llegada a Madrid, Vinicius ha demostrado con creces el enorme talento ‘made in Brasil’ que atesora: capacidad para el desborde, descaro, velocidad… pero, sin duda, en la confianza del brasileño siempre han pesado sus enormes carencias en la definición.
Su juventud, la exigencia del Bernabéu y, sobre todo, la carga de responsabilidad tras la marcha de Cristiano, debido a las enormes expectativas que se generaron; no ayudaron a un chaval de 18 años recién aterrizado en Europa.
Ahora, el primer mes de competición intuye un Vinicius más maduro y que ha recibido el máximo apoyo de Carlo Ancelotti; algo que quizás echó en falta con Zidane.
Únicamente nos han bastado cuatro jornadas para ver amplias mejorías en el brasileño; no sólo en la definición de cara a puerta, sino en la toma de decisión en general. Posicionado en su banda predilecta, la izquierda, o con libertad de espacios en la lanza de ataque, Vinicius influye mucho más en el juego y, lo más importante, en el resultado. Todo ello es producto de su trabajo, tanto el técnico como el psicológico, para recuperar la confianza.
Vinicius llama al optimismo. Lo resolutivo que fue frente al Levante, su exhibición en el Benito Villamarín y la pausa antes del remate en su gol al Celta son ejemplos de la progresión de un futbolista que, poco a poco, comienza a presentar todo su potencial.
No obstante, y aunque no parece un momento esporádico, es necesario mantener la calma. Ante la falta de rodaje, la explosión de los jóvenes entre agosto y septiembre es frecuente.
Si Vinicius consigue dar continuidad a su juego y estado de forma, y se sobrepone a los tramos de dudas por los que pasará; el mundo del fútbol disfrutará de unos de esos jugadores en peligro de extinción. El brasileño suscita ilusión, pero con cautela.