El resurgimiento del Manchester United es un tópico que, desde la marcha de Sir Alex Ferguson, se ha convertido en recurrente al hablar de fútbol inglés. Todos recuerdan, en menor o mayor medida, a aquel club dominante que imponía respeto no sólo en Inglaterra, sino también en toda Europa. «Ya sabes, Cristiano Ronaldo, Tévez, Berbatov, Scholes, Carrick, Giggs, Ferdinand, Vidić, Van der Sar. Era un equipo increíble». Esto dijo Pep Guardiola en 2019, en declaraciones para BT Sports, al recordar la final de la Champions de 2009. Entonces, él dirigía al FC Barcelona, que ganó la final contra los ‘red devils’.


«Aquel Manchester United fue escandaloso, era excepcional»

Guardiola para BT sports


El gigante inglés tiene ahora un aspecto bastante diferente. De hecho, a estas alturas, parece lógico asimilar que aquella época de esplendor no volverá a repetirse. A pesar de ello, sigue poseyendo una considerable capacidad financiera. Según la empresa de consultoría KPMG (una de las cuatro firmas más importantes del mundo en el sector), el Manchester United es el segundo club de fútbol con mayor valor del mundo: 3.342 millones de euros. Sin embargo, este poder económico no se corresponde con los resultados deportivos de la entidad.

La inversión del club en la ‘era Solskjær’

Edward Gareth Woodward, más conocido como Ed Woodward, es el vicepresidente ejecutivo de la entidad. En la práctica, es quien realiza los fichajes en cada periodo de traspasos. Esto lo convierte en objeto de críticas, por parte de la afición, cuando los ‘red devils’ sufren crisis deportivas. En cuanto a su papel, en la primera temporada completa de Ole Gunnar Solskjær, incorporó a la plantilla a Daniel James, Aaron Wan-Bissaka, Harry Maguire, Bruno Fernandes y Odion Ighalo. Así, mientras que James e Ighalo son elementos de recambio, los tres restantes reforzaron posiciones clave que requerían una mejora de nivel.

Bruno Fernandes es, sin duda, el que mejor resultado ha dado hasta ahora. Tras 28 partidos oficiales disputados, sus cifras marcan 28 tantos producidos (goles y asistencias). Se ha convertido en una de las estrellas del club y ya es una pieza fundamental en el juego del equipo. Es, incluso, un líder emergente en el vestuario. Sin ir más lejos, lució el brazalete de capitán en el partido de Champions contra el PSG (al ausentarse Maguire).

El rendimiento del central inglés, en cambio, está en entredicho. Lejos de ser consistente, sus errores individuales están bajo el foco de atención. Las expectativas y la exigencia a la que está sometido, en parte debido al costo de su fichaje (£80M), provocan que se espere mucho más de él. Por otro lado, Wan-Bissaka se ha afianzado como un lateral regular y muy eficaz en defensa. No obstante, sus carencias en ataque son evidentes y, por ahora, no aportan demasiado. Es cierto que en los últimos encuentros ha dado muestras de mejora o, al menos, de mayor soltura cuando se trata de regatear a su par. Sus 22 años le otorgan un margen de desarrollo óptimo.

El reciente mercado estival se cerró con los fichajes de Donny van de Beek, Amad Diallo, Alex Telles, Facundo Pellistri y Edinson Cavani. Hay que aclarar que Diallo se incorporará en enero, cuando podrá obtener el permiso de trabajo. Además, Pellistri apenas tiene 18 años y debe adaptarse a una nueva liga, nuevo país…su incorporación debe dar frutos a largo plazo.

Van de Beek, por otra parte, ha generado discusiones de todo tipo entorno a su rol. Lo cierto es que Solskjær está encantado con su versatilidad, y es indudable que la profundidad de banquillo que aporta es un factor determinante a largo plazo. Así, sus apariciones como titular serán recurrentes para las rotaciones.


«Es una nueva liga y él es un jugador top. Está ansioso por jugar más, por supuesto. Lo vais a ver a lo largo de la temporada. Va a ser una larga campaña y él me ha impresionado»

El entrenador noruego, en rueda de prensa el 23 de octubre, sobre Van de Beek.


Cavani aún no ha debutado con el equipo y Telles disputó sus primeros sesenta y siete minutos en el compromiso contra el conjunto parisino. Por lo tanto, pocas conclusiones sobre su rendimiento se pueden extraer.

Las inversiones no realizadas, como el ansiado fichaje de Jadon Sancho o el central que mejore el nivel de la defensa (señalada por las actuaciones de Lindelöf y Maguire), también tienen un peso en las posibilidades del staff técnico durante la temporada. De todos modos, aún queda una ventana de traspasos, en enero, para reforzar la plantilla.

¿Cuáles son los objetivos del equipo?

Ed Woodward, en declaraciones recogidas por Daily Mail el 21 de octubre, explicó que la junta directiva está comprometida con el objetivo de ganar títulos y jugar un fútbol entretenido y de ataque. Todo esto con «una combinación de canteranos y fichajes de alta calidad, mientras gestionamos cuidadosamente nuestros recursos para proteger la resistencia del club a largo plazo». La realidad es que los propietarios del Manchester United, la familia Glazer, han demostrado a lo largo de los últimos siete años no tener capacidad, o voluntad, de gestionar el club de manera que regrese a las instancias más altas de la élite.

Solskjær, por otro lado, ha apostado desde su llegada por formar una plantilla con una base de canteranos y jugadores ingleses. Cuestionado en ocasiones por su falta de experiencia en el máximo nivel, e incluso señalado como un entrenador con poca capacidad táctica, ha obtenido un rendimiento aceptable con los recursos de los que ha dispuesto. De hecho, hasta el momento la junta directiva ha defendido su puesto y consideran que necesita tiempo para obtener mejores resultados.

Esta temporada (la segunda completa al mando), todos los focos están puestos sobre él. El comienzo del curso ha sido poco ilusionante en Premier: una derrota contra el Crystal Palace (1-3), una victoria ‘in extremis’ contra el Brighton (2-3), un arrollador 1-6 en contra frente al Tottenham; y una victoria contra el Newcastle (1-4). En contraste, el primer partido de Champions terminó con victoria ante el PSG, tras una buena actuación del equipo y una gestión táctica notable.

La campaña es larga y, si con algo cuenta el noruego, es con tiempo por parte de los propietarios. La clasificación a la próxima Champions League y una buena imagen en la actual edición parecen objetivos razonables. La FA Cup y la Carabao Cup son, por otro lado, oportunidades de conseguir el primer título del técnico.

Lo que está claro es que la vara de medir del actual Manchester United no puede ser la misma que la que tuvo Ferguson. El club, debido a la gestión de los Glazer, ha tomado una deriva alejada de aquella época dorada. Tampoco es fácil repetir lo que el escocés logró en la ciudad del norte de Inglaterra. Sea como fuere, este año se espera un salto de nivel respecto a la anterior temporada. Veremos si la inversión realizada, a expensas de lo que pueda suceder en enero, es suficiente para lograr el objetivo.

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