La eliminación de Francia en la Eurocopa ha dejado al mundo sorprendido. Todos esperábamos mucho más de la selección francesa, que al igual que Napoleón, se ha encontrado con su Waterloo.
Francia llegaba a la Eurocopa como una de las grandes favoritas junto a Portugal o Alemania en el grupo de la muerte, ahora llamado el grupo de los muertos. El rumbo que ha tomado la competición ha dejado fuera a serios candidatos al título. Francia tenía la mejor plantilla del torneo en cuanto a individualidades: Benzema, Griezmann, Mbappé, Kanté, Pogba… Parecían imparables, pero no.
Deschamps, testarudo como él solo, se ha empeñado en colocar en el campo a Griezmann junto a Benzema en el ataque, algo que no ha dado resultado. Los dos jugadores se estorban en el campo y no se aprovechaba lo que ambos delanteros pueden aportar en ataque. A esto hay que sumarle la Eurocopa más que mediocre de Kylian Mbappé. El jugador ha sido más protagonista por los rumores de su fichaje por el Real Madrid que por su rendimiento en el campo.
No todo iba a ser malo, sí hay que destacar a un jugador es Paul Pogba. El centrocampista del Manchester United ha hecho una gran Eurocopa a nivel individual, elaborando grandes jugadas y dejándonos uno de los goles del torneo ante Suiza. También es destacable la labor de Kanté, siempre trabajando en la sombra.
Con el barco galo hundido queda esperar si habrá alguna sorpresa más en la Eurocopa.