Año nuevo y, ¿vida nueva? Eso es lo que se preguntan muchos de los aficionados del Atlético de Madrid, que esta noche se mide a partir de las 21:00 horas en el Cívitas Metropolitano al FC Barcelona. Un Atlético – Barça siempre es un ‘Clásico paralelo’ entre dos de los ‘cocos’ del fútbol español que pondrá a prueba el liderato parcial del conjunto culé, y la mejora a la que aspira el cuadro de Diego Pablo Simeone con la entrada del 2023.

Un Atlético – Barça que marca la temporada de ambos conjuntos:
Tras un inicio de temporada pre-Mundial absolutamente desastroso por parte del conjunto rojiblanco, apeado de Europa y en el limbo en liga, al elenco de Simeone le queda la certificación de su acolchado tercer puesto en su día a día, y la única opción de tocar metal entre semana con la Copa.

Por su parte, el equipo de Xavi Hernández, también fuera de Champions, pero con la «consolación» de la Europa League, salió mejor parado del trance inicial de la competición y este año sí, por fin, aspira a ganar el título de la regularidad tras tres años de sequía.
LaLiga es la prioridad y el trofeo que determinará la evaluación del Barcelona a final de temporada. Pero para consolidar su candidatura, hay que asaltar escenarios tan hostiles como el Metropolitano, una misión que no se antoja nada fácil.

El Atlético de Simeone, atascado en el ya habitual dilema del estilo y la forma, de los componentes y el entorno contra el ideal del entrenador, se agarra a lo que puede en un bucle constante de inestabilidad institucional y nerviosismo social, con la necesidad de enganchar de nuevo a las masas y recordar que este equipo, maltratado desde la base con una planificación negligente, siempre compite. Y más ante su gente.

El Atlético, y Simeone, se agarran a la disponibilidad de sus centrales de garantía (y el regreso de Reinildo); la vuelta de Llorente a la posición desde donde salió campeón, la de interior; la calidad y el criterio de Griezmann; la fantasía de João (¿se queda?); y la irrupción de la perla de la cantera, Pablo Barrios, que a priori partirá como titular escoltado por el capitán, Koke. Los buenos, siempre en el campo.
El Barça llega sin dos de sus piezas clave, Jordi Alba y Robert Lewandowski, ambos baja por sanción, y con las dudas de sus dos actuaciones cuestionables en sus dos compromisos más recientes ante Espanyol e Intercity.

El Metropolitano rugirá, y el Atlético es consciente de que esta noche está ante una oportunidad de reencontrarse con su esencia, asentarse en Champions, y ponerle picante a la pelea por el título de la que él mismo se auto descartó de manera prematura por pensar más que los demás en el Mundial.
Eso ya no se puede remediar, pero sí que se puede cambiar el rumbo, empezando por esta noche, ante un Barça con opciones de colocarse como líder en solitario en caso de puntuar. Atlético – Barça, partido grande.
Imagen principal: Edit José Manuel Calviño.