El Real Madrid ha conquistado su 34º título de liga, imbatido después del parón provocado por la pandemia del coronavirus. Si la regularidad es el aspecto que más se demanda en una competición tan larga, esto debe ser lo más parecido. Imagínense si ha sido merecida después de la autocrítica de Messi tras el enésimo pinchazo del Barca: “Somos un equipo muy débil, nos hacen gol cada vez que nos llegan. Hace tiempo que dije que con este no nos daba para la Champions, y quedó demostrado que no nos alcanzó ni para la liga. Si seguimos así vamos a perder contra el Nápoles”. Mientras las estadísticas dicen que Zidane gana un título cada 19 partidos, Setién parece tener las horas contadas en el vestuario culé.

Además de la regularidad y de la racha tras el parón, los blancos cuentan con un vestuario más completo, y los cinco cambios han ayudado a lucir plantilla. Santiago Aragón ya nos lo advertía esta semana en una entrevista concedida a ELXIIDEAL: “El Real Madrid se ha adaptado mejor a las circunstancias que el Barcelona”. Y no es para menos, porque mientras los de Zidane aguantaban enteros todo el partido, a los de Setién se les acababa la gasolina a la hora de juego. Desde luego que el “mantenimiento” que han tenido estos tres meses, como mencionaba Santi, no ha debido de ser el mismo.

La liga del equipo blaugrana ha sido una odisea, marcada por la destitución de Valverde y la llegada de Setién, un entrenador al que le ha quedado grande el equipo y no ha logrado conectar con el vestuario. La del Madrid ha sido la liga de querer ganarla a toda costa, de no especular en ningún partido, y de saber que las pésimas decisiones de la directiva culé caerían por su propio peso: la cara y la cruz de la liga del coronavirus.

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