Tras la inesperada destitución de Thomas Tuchel como técnico del Chelsea FC, el conjunto londinense ha contratado al que ya es exentrenador del Brighton and Hove Albion FC, Graham Potter, para intentar revertir la mala dinámica de los ‘Blues’.

Aunque realmente, son muchos los aficionados y periodistas relacionados con la entidad los que consideran que esta dinámica no era, ni mucho menos, tan drástica como para acabar destituyendo al entrenador que les ha hecho campeones de Europa hace menos de año y medio.

Y es que el Chelsea de Thomas Tuchel ya era un equipo con identidad propia. Una defensa férrea formada por tres centrales y dos carrileros, un mediocampo marcado por la creatividad y el equilibrio a partes iguales y una delantera en la que se caracterizaba la movilidad de todos sus atacantes.

Tuchel había dado con la clave. El Chelsea era un equipo de verdad. De hecho, su inicio liguero de la pasada temporada así lo reafirma. Líderes hasta diciembre y dando la sensación de que hacerle un gol a los londinenses era una verdadera quimera para los rivales.

No eran pocos los que pensaban que el equipo de Tuchel era capaz de pelearle hasta el final la Premier League tanto a Liverpool como a Manchester City. Pero tras la venta del club a Todd Boehly por parte de Roman Abramovich, el Chelsea FC comenzó un proceso de reconstrucción, especialmente fuera de los terrenos de juego. Esto provocó que el convulso final de la temporada pasada acabara con un Chelsea muy lejos de los puestos de la cabeza (pero clasificado para Champions League, que era el principal objetivo).

Esta campaña, sin embargo, los de Londres han dejado más dudas que certezas, sobre todo en el apartado defensivo. Una humillante derrota en Elland Road ante el Leeds United por tres goles a cero y otra frente al Southampton (2-1), acompañadas de un empate en Stamford Bridge ante el Tottenham y una derrota en su debut en Liga de Campeones contra el Dinamo de Zagreb, han acabado con la paciencia de Todd Boehly, quien no ha dudado en rescindir el contrato del Tuchel.

Como apuesta personal, el nuevo propietario del Chelsea decidió, hace poco más de una semana, contratar a Graham Potter como nuevo entrenador del club. Si bien es cierto que Potter llega después de ser el principal partícipe del mejor Brighton de la historia, no deja de ser arriesgada su contratación, ya que su experiencia al frente de un transatlántico futbolístico es inexistente hasta la fecha. Graham Potter deja a los ‘Seagulls’ en posiciones de Champions League tras conseguir 13 puntos en las primeras seis jornadas ligueras.

Sin duda, estamos hablando de uno de los entrenadores con mayor proyección y futuro del panorama futbolístico inglés. Sus dotes como técnico están más que contrastados, pero también es cierto que en su paso por Brighton la confianza que depositaron en él desde el primer día fue absoluta y, sobre todo, le dieron tiempo. Tiempo para perder partidos y para adaptarse a la Premier League. Un tiempo que seguramente no tenga en el equipo ‘Blue’, ya que le van a exigir ganar desde el primer día.

Su debut en Champions League se saldó con un empate en Stamford Bridge ante el RB Salzburgo. Un resultado que se puede catalogar de pinchazo que, acompañado a la derrota ante el Dinamo de Zagreb, colocan al Chelsea FC como colista del grupo E con solo un punto en dos jornadas.

El margen de mejora es enorme y Graham Potter ya ha demostrado que tiene la personalidad suficiente como para transformar y convertir un equipo de Premier League a su imagen y semejanza, pero ni el Brighton es el Chelsea, ni sabemos todavía cómo manejará el británico a un ‘Big six’.

Imagen principal: @ChelseaFC.


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