Guardiola es un entrenador que siempre está dándole vueltas al juego de su equipo, manteniendo una identidad pero buscando la perfección táctica. Eso ya lo sabemos. En el Manchester City tiene las condiciones necesarias para desarrollarse al máximo nivel, con una entidad dispuesta a invertir en su plantilla lo que haga falta y con total libertad para impregnar al club con su estilo.

Este mismo verano, el gran fichaje ha sido Erling Haaland. No para acabar el puzzle, que ya estaba completo, sino para darle una nueva vuelta más a la máquina perfecta que es este Manchester City. Una máquina perfecta que Guardiola hace funcionar cual relojero.
Conexión Haaland – De Bruyne:
El físico de Haaland le permite hundir a la defensa rival, que debe estar pendiente de las diagonales del noruego. Una carrera de Haaland sin balón abre espacios para que los interiores estén más liberados. Si decides dejarle tiempo a Kevin De Bruyne, estás muerto. Si por el contrario le presionas, encontrará el pase a algún compañero que pique el espacio.
Dos ejemplos distintos: contra el West Ham, Gündogan filtra un pase a Haaland y el delantero acaba provocando un penalti que él mismo transforma. A la inversa contra el Bournemouth, con el noruego aguantando el balón de espaldas a la portería, esperando la carrera de Gündogan para que marque el primer gol del encuentro. Interiores de máxima calidad a los que se suma un goleador nato.
Incluso cuando el rival planta una defensa replegada, como en el debut en Premier League contra el West Ham, los citizens buscan es espacio a la espalda constantemente. Se trata de encontrar la situación de ventaja, el hombre solo.
El uso de los laterales:
Uno de los aspectos más importantes del juego de Guardiola es el uso de los laterales. Walker y Cancelo son muy versátiles y dependiendo del rival pueden adoptar distintos roles. En el partido contra el Liverpool en Community Shield, con el conjunto de Klopp aplicando una presión intensa, Guardiola opta por mantener a sus laterales pegados a la línea para así abrir más el campo. En este caso, el centro del campo tiene que apoyar la salida de balón para así poder pasar más fácilmente de medio campo.
Este planteamiento ya lo vimos la temporada pasada en los encuentros contra el Liverpool, aunque Klopp tampoco se queda atrás en lo que a entendimiento del juego se refiere. Es el mejor duelo del fútbol actual.
Contra rivales más hundidos en defensa, como West Ham o Bournemouth, Guardiola opta por situar a los laterales como centrocampistas en un doble pivote. Esto permite que los interiores puedan estar más cerca del área y provoca dudas en el marcaje defensivo rival.

Incluso con el Newcastle, cuando el resultado se pone en contra (3-1 al minuto 54), el Manchester City sigue a lo suyo y Haaland consigue cazar un balón muerto en el corazón del área para hacer el 3-2. El empate llegaría por un balón imposible filtrado por Kevin De Bruyne al corazón del área que Bernardo Silva mandó al fondo de la red. Faltó tiempo para la remontada.
Así comienza la defensa del título el Manchester City, con las grandes aspiraciones que se le presupone a un equipo de su talla. La máxima competición europea se le resiste a Guardiola, aunque su mayor preocupación es seguir haciendo funcionar a su equipo, seguir reinventando el juego.
Imagen principal: @ManCityES.