Antoine Griezmann es un futbolista en peligro de extinción. Todos los que seguimos el deporte lo amamos por motivos totalmente diferentes: enamora a los más clásicos por su garra y trabajo defensivo; a los que siguen el fútbol por TikTok por sus toques de magia en los que hace desaparecer el balón; y a los panenkitas por su entendimiento táctico y su capacidad de detectar qué necesita su equipo en cada momento. Me considero una mezcla de los tres tipos, por lo que El Principito me tiene ganado por todo lo que hace sobre un terreno de juego (y también fuera).

Griezmann siempre ha sido una debilidad personal, por lo que prefiero dejar claro desde el inicio que en este artículo me resultará imposible ser totalmente objetivo. Es lo bueno de escribir sobre lo que quieras, acabarás haciéndolo de los jugadores que te apasionan.
Nos encontramos ante un jugador que es el delantero que necesitas cuando te falta gol, el interior que todo equipo ansía cuando le falta juego y, si fuese necesario, el lateral que te marca al extremo contrario el central que hace el tackle en el último segundo para evitar un gol.

Un paso complicado por el FC Barcelona:
Resulta curioso que el jugador comodín de este Atlético de Madrid sea alguien que «no triunfó» (la palabra fracaso se utiliza demasiado a la ligera actualmente) en el FC Barcelona. Pero no era un equipo cualquiera, era el Barça de Messi. Tener a Messi a su lado facilita la vida a la mayoría de jugadores. Si dudas qué hacer, sólo tienes que dársela a él. Pero él no es como los demás. A Antoine esto le perjudica por una simple razón: le limita.
¿Cómo explicar que un jugador tan moldeable y adaptable no brillase en Can Barça? Pues, como todo en la vida, el contexto es la clave: el francés había rechazado unirse al conjunto culé el curso anterior (2018-2019) mediante un documental cuando todo parecía cerrado. Esto, como puede resultar lógico, molestó a sus futuros compañeros, lo que ralentizaría su futura adaptación al vestuario. Griezmann llegaría en el verano siguiente (2019-2020) a un FC Barcelona que ya se encontraba en una situación económica delicada, y que decidió poner toda la carne en el asador e invertir 120 millones en el exjugador del Atlético, por lo que las exigencias por parte del club y de la afición serían máximas.

Sin embargo, no todo es cuestión de feeling y de compañerismo. La razón principal por la que su encaje en el Barcelona no era el mejor era por sus características como jugador. Antoine era el líder ofensivo del Atlético de Madrid y de Francia, a pesar de que empezase a asomar la cabeza un tal Kylian Mbappé.
Francia usaba a Giroud como punta para permitirle a Grizzie bajar y participar más en la construcción de la jugada, además de para poder enviarle balones a un Mbappé que ya era letal atacando la espalda de la defensa. En conclusión, todo el juego ofensivo pasaba por él, aunque no fuese el prototipo de punta: era un lanzador y el principal generador ofensivo. Hay que decir que a Francia no le fue mal con esta versión de Griezmann (finalista en la Eurocopa 2016 con Griezmann siendo el mejor jugador del torneo; mejor jugador de la selección campeona del Mundial 2018; subcampeón y segundo mejor jugador del Mundial 2022).
En el Atlético de Madrid el contexto cambiaba, pues no estaba rodeado de tanto talento ofensivo y el jugador aún debía ser más importante. Asumía más galones de goleador y, aunque siempre asomase su tendencia a generar juego, tenía mayor incidencia como finalizador. Esto le llevó a ser el máximo goleador del equipo en las cinco temporadas previas a su traspaso, desde la 2014-2015 a la 2018-2019, destacando los 32 tantos en su segunda temporada como atlético (2015-2016). Griezmann siempre ha sido el alfa y el omega del Atlético de Madrid.

Cuando ficha por el Barcelona, debía dejar de lado lo que le había hecho élite con el Atlético de Madrid, pero tampoco podía usar el rol que le convirtió en campeón del mundo con Francia. No podía ser ni un creador de juego entre líneas ni un finalizador desde el centro. El Barcelona se había equivocado con su fichaje, querían limitarlo a un extremo que tirase desmarques al espacio y abriese el campo con la intención de liberar a Messi e intentar alargar la vida deportiva de un Suárez que estaba dejando de servir para un contexto competitivo.
Para que lo entendáis, limitar a Griezmann a ser un extremo izquierdo prototipo, ese que sí era en la Real Sociedad en el 2013, era como emplear «Cien años de soledad» para calzar una mesa. Era rogarle a Pavarotti para que te cantase el cumpleaños feliz. Suplicarle a Miguel Ángel para que te pintase tu habitación de un sólo color. Era pedirle a Tarantino si podía grabar una comedia romántica. Claro que se puede adaptar, pero a los genios tienes que dejarles ser ellos mismos y demostrar su talento.
Aunque suene extraño, probablemente a Antoine le fuese mejor en el Barça post-Messi. Ahí el conjunto tendría un techo mucho menor (aunque Griezmann sea buenísimo nunca debemos hacer el error de comparar a Messi con cualquier otro jugador), pero Griezmann podría ser el núcleo del equipo y retornar su papel de protagonista en ataque cayendo a esas zonas ocupadas anteriormente por el rosarino.
La vuelta a casa del hijo pródigo:
Pero esta relación Griezmann-Barcelona terminó mal e influenciado por la situación económica del club, El Principito decidió volver a donde había sido feliz. Debemos recordar que gran parte de la afición atlética no quería su vuelta porque sentían que les había traicionado al irse a un rival tras hacer otro documental ese verano (se nota que es un enamorado de la NBA y que decidió recrear el momento en el que Lebron James anunció en «The decision» que se iba a Miami). Pero aunque suene paradójico, nunca debemos olvidar que en el fútbol no hay memoria. Si rindes a buen nivel, metes un par de goles en partidos consecutivos y eres el mejor del equipo, todo se acaba olvidando.
A la afición atlética le costó perdonar, pero se encontraron a un Griezmann que daba todo en el campo, y no hay nada que valore más un aficionado promedio que el esfuerzo.
Antoine tuvo que adaptarse desde el primer momento a lo que necesitaba el equipo, dejar su amado 7 (en manos de Joaõ Felix) y cambiar su juego para convertirse en ese 8 que pasaba a llevar a la espalda. Además, al inicio de esta temporada existieron problemas (una cláusula que aumentaba al precio de su traspaso si jugaba más de 30 minutos por encuentro) que le obligaron a jugar muchos menos minutos de los que merecía, y de los que El Cholo Simeone realmente quería alinearlo, y no encontrabas ningún mal gesto por parte del jugador. Antoine entendía la situación y aceptó desde el primer momento la decisión que estaban tomando. Griezmann volvía a adaptarse a lo que su equipo necesitaba.
Probablemente nos encontrábamos ante el Atlético de Madrid con menos talento en defensa y en el centro del campo de los últimos años. Existía cero generación con balón y Griezmann se convirtió de un segunda punta que casi gana un balón de oro a prácticamente un interior. Otra vez se había adaptado a las necesidades de su equipo. Viendo su mapa de calor de esta temporada, sacado de Sofascore, se demuestra que ya no es solo un simple atacante, es un futbolista total que influye en todas las fases del juego.
Sus estadísticas, datos comparados con los futbolistas de las cinco grandes ligas, sacados de Fbref y proporcionados por Opta, muestran que actualmente es un jugador total: brilla en ataque respecto a los demás centrocampistas y en defensa y participación con balón frente a los delanteros.
Antoine se encuentra en el 1% de centrocampistas de Europa con más toques en el área rival por partido (casi 4), con más disparos por partido y con más asistencias por 90 minutos, además de tener grandes datos en cuanto a regates y a conducciones para superar líneas.

Pero a la vez, con los mismos datos deslumbra entre los delanteros en todo lo referido a trabajo sin balón (se encuentra en el 1% de los delanteros con más entradas exitosas y el 2% con más intercepciones) y en elaboración, formando parte del 1% de los delanteros de toda Europa que más pases intenta (47 por partido) y destacando en asistencias y en los pases que permiten romper líneas y progresar al equipo.

Todo esto acaba provocando que sea el 2° jugador de LaLiga Santander con más goles generados (nueve goles y ocho asistencias) sólo por detrás de Lewandowski. Además, sus goles son determinantes para el equipo, siendo el 4° futbolista de la competición que más puntos ha dado con sus tantos (nueve goles que han supuesto ocho puntos más para el Atlético de Madrid), solo por detrás de Borja Iglesias (15 puntos gracias a sus 12 goles), Enes Ünal (11 puntos con sus 13 goles) y Pedri (sus 6 goles supusieron 10 puntos más para los culés).
Brilla entre los centrocampistas a la hora de generar ataques y de definir, mientras que destaca entre los delanteros por lo que aporta al equipo antes y después de chutar a puerta. Entiende demasiado bien el fútbol para ser un simple delantero, a la vez que tiene demasiado veneno en área rival para ser centrocampista. Antoine es la navaja suiza del Cholo y será el mejor en lo que le pida el argentino.
Escribo este artículo para remarcar que desde el Mundial estamos viendo de nuevo al mejor Griezmann de su carrera, uno que casi lleva a Francia a ganar su segundo mundial consecutivo siendo ya más un interior que un delantero en la selección, y el mismo que está provocando que el Atlético esté mostrando el mejor juego de la competición en estas últimas jornadas. Además, acaba de anunciarse que Mbappé pasará a ser el capitán de la selección gala y no encontrarás un mal gesto de Antoine, aunque por veteranía y galones debería ser él el sucesor de Lloris, pese a que Mbappé sea el mejor jugador del mundo. ¿Cuál será la respuesta de Griezmann? Se callará, trabajará y hará lo mejor para el equipo.
Todo esto solo demuestra lo camaleónico de Antoine: será charrúa cuando necesites defender y francés cuando precises una delicatessen. Si El Cholo tuviese el dinero suficiente, lo clonaría y únicamente lo pondría a él en el campo en todas las posiciones.
Antoine es un superclase con talento para ser la estrella de cualquier equipo, pero Griezmann siempre será lo que el equipo necesita que sea.
Imagen principal: @Atleti.