Toda la ilusión que abundaba en el sevillismo se esfumó en cuestión de seis meses. Ahora, tras medio año al frente del Sevilla FC, Jorge Sampaoli ha dicho adiós a Nervión. Llegó el 6 de octubre, sustituyendo a un Julen Lopetegui totalmente sentenciado por los malos resultados que se cosechaban en la entidad andaluza. En el día de ayer, 21 de marzo, el técnico argentino se volvía a marchar con un sabor agridulce.

La alegría era máxima con su llegada. Una afición volcada en el optimismo y que confiaba en que esto se sacara adelante. Sin embargo, la realidad fue claramente distinta. Aunque parecía que con sus primeros actos de presencia, el equipo mejoraba, los resultados no indicaban lo mismo.

Debutó ante el Athletic Club, ya con Marcão en el verde. Un Marcão que no disputaba un encuentro desde hacía meses y que se vio con la oportunidad de hacerlo nada más llegó el de Casilda. Sampaoli alineó al brasileño en la zaga, junto al joven Tanguy Nianzou. Apostó por una defensa de cuatro, para sorpresa de todos. El choque concluyó 1-1, aunque se pudo decantar para el lado sevillista. Vesga rescató un punto con una genialidad en el Sánchez-Pizjuán.

Tras su debut, el Sevilla FC encadenó un mes de octubre con dos victorias ant Mallorca y Copenhague, dos empates ante Valencia y Borussia Dortmund y dos derrotas ante Real Madrid y Rayo Vallecano. Me gustaría hacer hincapié en la primera victoria mencionada, RCD Mallorca. Y es que está claro que una de las asignaturas pendientes de este Sevilla son los partidos fuera de casa.

A de día de hoy, solo ha sumado dos victorias lejos de la Bombonera de Nervión. Desde el 15 de octubre, los andaluces no conocen el triunfo como visitante. Cabe mencionar también que ese partido se resolvió por una fantasía de Nemanja Gudelj desde fuera del área. El serbio desatascó el duelo, si no no sabría yo decir qué hubiera pasado.

Después de un mes entero sin ganar, los hispalenses se plantaron en el Etihad Stadium. Sampaoli sorprendió con una alineación fuera de lo común con Papu de delantero, junto a Isco, y Acuña y Rafa Mir en los extremos.

En este mismo escenario, la maldición de las lesiones se volvió a apoderar del sevillismo. Esta vez sería Marcão, que sigue sin reaparecer en los terrenos de juego tras cinco meses de baja, el que diría adiós a gran parte de la temporada. Con la lesión del brasileño, futbolista que sostenía una zaga poco experimentada, el Sevilla FC empeoró muchísimo.

Una persona de baile con experiencia hace que bailemos mejor, pero sin ella, posiblemente no estemos ni mucho menos a la altura. Es el caso de Tanguy Nianzou, que desde que se lesionó el brasileño no supo liderar la zaga.

Llegó enero y con ello, los regalos de Reyes del Sevilla, Pape Gueye, Bryan Gil, Lucas Ocampos y Loïc Badé. Refuerzos que mejoraron considerablemente a la plantilla. No obstante, no todo fueron, bajo mi opinión, buenas actuaciones de Monchi en el mercado invernal. El hecho de ceder a dos centrales con los que habías contado previamente, José Ángel y Kike Salas, para mí no fue la mejor opción. Dos zagueros que podrían haber aportado mucho, y más sabiendo que Sampaoli juega con tres centrales.

El Sevilla consiguió poner una tirita a una herida abierta en el ecuador de la temporada. El conjunto hispalense se hizo fuerte en casa, consiguiendo tres triunfos consecutivos en el Sánchez-Pizjuán. En dieciseisavos de final de la Copa del Rey, pudimos apreciar el renacer de Youssef-En Nesyri, un gigante que andaba dormido esta campaña. El delantero sevillista se llevó el balón a casa con un hat-trick ante el Linares. Lo que parecía cosa de un partido, se convirtió en rutina. Tanto que el marroquí es el máximo goleador de la plantilla con 12 goles, cuando en 2022 llevaba dos tantos.

Aún así, la primera decepción del 2023 llegó el 25 de enero, cuando el Sevilla FC cayó en cuartos de final de la Copa del Rey ante CA Osasuna (2-1). Tras la eliminación copera, los andaluces hicieron de Nervión un fortín, logrando tres victorias consecutivas y tres porterías a cero en cada uno de ellas.

Sin embargo, todo se fue al traste con una nueva lesión, Loïc Badé. De igual forma, Jorge Sampaoli continuaría con su «cabezonería» de apostar por tres centrales, habiendo uno sano únicamente. Voy a profundizar en esto último que he dicho. Fernando, Gudelj, Telles... no son zagueros como tal. Simplemente son futbolistas reconvertidos a esa posición por la escasez de efectivos. El único central disponible era Tanguy Nianzou y aún así, Sampaoli colocaba defensa de cinco.

Estaba claro que el equipo no se iba a sostener con tantos cambios de posición y experimentos del de Casilda, lo cual conllevó una serie de resultados negativos que lastraron al Sevilla a coquetear con el descenso -situación ya vivida y por la que se fichó a Sampaoli.

Solo les salvó el Gol-Average para no convivir en los puestos de castigo alguna semana que otra. Los nervionenses pasaban de ronda en la UEFA Europa League, viviendo auténticos despropósitos en las vueltas. Grandes actuaciones en casa y ridículas fuera. Un gol fue la distancia que les separó de la eliminación ante Fenerbahce y PSV.

Las últimas dos visitas fuera serían determinantes para el futuro del técnico argentino. El Atlético de Madrid se paseó por el campo y le endosó un 6-1 a los hispalenses. Un marcador que dolió mucho al aficionado sevillista. Sampaoli firmaría su sentencia en Getafe, con una victoria por 2-0 del conjunto madrileño ante un Sevilla sin ideas, falto de ganas, coraje e ilusión. Básicamente falto de todo que presume el aficionado sevillista de su equipo.

A veces, las despedidas son duras pero necesarias. Así concluye la etapa de Sampaoli en Nervión, así termina un cuento con un final amargo. Borrón y cuenta nueva, ahora es Mendilibar el que tiene que cambiar la historia.

Imagen principal: @SevillaFC.


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