El Atlético de Madrid afronta su última bala para engancharse a la pelea por la liga en el derbi de esta noche frente al Real Madrid en el Santiago Bernabéu. Lo hace tras el subidón de su victoria épica frente al Oporto y con la necesidad de reconducir el rumbo en la competición de la regularidad donde, precisamente, está siendo de lo más irregular.
Los del Cholo Simeone llegan con muchas bajas en defensa y la sensación de que una derrota esta noche entregaría en bandeja la 35 para el Madrid, intratable en los últimos dos meses gracias a las actuaciones estelares de Courtois y Vinícius.
El cuadro rojiblanco atraviesa un bache de resultados y juego que el ‘matchball’ salvado en Champions no debe tapar. El equipo muestra demasiada fragilidad defensiva, especialmente a balón parado, y le cuesta un mundo generar ocasiones y producir acciones de ataque prometedoras frente a conjuntos bien replegados.
No obstante, el Atlético de Simeone se crece ante las adversidades y siempre compite como nadie. La de esta noche es una oportunidad de oro, y la última, de dar un golpe sobre la mesa y acallar las críticas de parte del pueblo que, con buen criterio, demanda mejor juego a una plantilla con más potencial del que en muchas ocasiones demuestra.
Con el agua al cuello y la necesidad imperiosa de ganar, el Cholo tiene ante sí un punto de inflexión en el escenario donde comenzó su época gloriosa con su mágico triunfo en mayo de 2013. Para ello se encomienda a su guardián Oblak; al incombustible Llorente; al capitán Koke; al soldado De Paul, al principito Griezmann y a la revelación Cunha.
También al ‘pistolero’ para disparar en un campo que lleva tres años sin pisar y que, como en los grandes escenarios, requiere de una ‘zona Suárez’ que puede ser determinante para decantar la balanza.
El Atlético de Madrid quiere pelear esta liga y su último tren pasa esta noche por el Bernabéu.
Imagen principal: José Manuel Calviño.
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