Desde que el técnico italiano llegó a Londres, la imagen del Tottenham ha cambiado mucho. Han dejado atrás el unocerismo característico de Nuno para formar un bloque más compacto capaz de atacar y defender a partes iguales. Por otro lado, Conte ya empieza a conocer a sus chicos y algunos ya están haciendo méritos para postularse como intocables en estos Spurs.
Con un empate y tres victorias en liga ya se puede ver que Conte, aprovechando que llega la Navidad, ha implantado su típico esquema de árbol con tres centrales, dos carrileros ofensivos, dos pivotes defensivos, dos extremos que entran por dentro y un delantero en punta.
Dentro de este esquema, el tridente de ataque formado por Heung-Min Son, Lucas Moura y Harry Kane es inamovible, dejando pocas opciones para los jóvenes Bryan Gil y Bergwijn.
En defensa, Dier es un muro con el que cuenta Conte en cada partido y Ben Davies ha dado la sorpresa reconvirtiéndose a un muy buen central zurdo. El resto de las posiciones defensivas van rotando, dando minutos a Davinson Sánchez, Cristian Romero y Tanganga. Los carrileros de confianza son Reguilón y Emerson.
El que más se está ganando la confianza del entrenador es el joven Oliver Skipp (Skippy para los amigos y para Conte) que junto a Hojbjerg se está adueñando del centro del campo. El técnico tuvo recientemente buenas palabras para él: «Skipp jugó un partido realmente bueno. Este jugador es muy joven, tiene mucho margen para mejorar. Jugó con gran pasión y corazón. Fue importante».
No todo son buenas noticias, ya que el Tottenham perdió contra el Mura en Conference League dando una imagen horrible. Antonio Conte salió a hacer unas declaraciones bastante críticas, afirmando que después de tres semanas en el club empezaba a darse cuenta de la situación y dejó una última frase lapidaria: «En este momento el nivel en el Tottenham no es muy alto».
Esto concuerda con declaraciones de anteriores entrenadores como Pochettino: «Si tu quieres una casa bonita, tal vez necesites muebles mejores». También Mourinho el año pasado dijo: «Los Spurs tienen problemas que no puedo resolver por mí mismo». Todos estos dardos parecen ir en la misma dirección, exigiendo una mejora de la plantilla.
El principal problema del equipo, antes que las posibles incorporaciones, son las salidas. Jugadores como Dele Alli, Ndombele o Lo Celso empiezan a tener menos protagonismo a pesar de ser jugadores capaces de aportar. El Tottenham necesita un proyecto con continuidad, ya que desde la marcha de Pochettino cuatro entrenadores se han sentado en el banquillo de los Spurs.
Si la directiva quiere provocar un cambio de rumbo definitivo y conseguir que el Tottenham pueda ser un equipo ganador, la apuesta por el proyecto de Conte debe ser total, reforzando el equipo con perfiles aptos para su esquema y dando salida a jugadores con los que no cuenta y que pueden tener buen mercado. Por ahora, la máquina está empezando a carburar para poder funcionar como a Conte le gustaría.
Imagen principal: Twitter @SpursOfficial.