Antonio Conte vuelve a Londres. Esta vez como entrenador del Tottenham para intentar levantar a un equipo que se encuentra noveno en Premier League y quiere volver a tener aspiraciones como en su día las tuvo con Mauricio Pochettino. El técnico italiano ha firmado hasta 2023 y tiene opción de un año más. Afronta así uno de sus proyectos más complicados.
Con la destitución de Mourinho, el Tottenham comenzaba la búsqueda del entrenador que el luso nunca fue, un técnico capaz de recoger los frutos sembrados por Mauricio Pochettino y llevar a los Spurs a un escalón superior.
Ser el “underdog” del Big Six ya no era suficiente y Daniel Levy pensó -erróneamente- que los títulos llegarían de la mano de Mou. Tras la salida de Conte del Inter, Levy ya tenía su candidato favorito y estaba dispuesto a todo para conseguirlo.
Exigencias insuficientes:
Conte no iba a entrenar al Tottenham a cualquier precio, quería un proyecto competitivo y de primer nivel, nada de desarrollo y construcción. Su primera exigencia fue tener de director técnico a Fabio Paratici, que llevaba trabajando en la Juventus once años. Deseo concedido.
Todavía no era suficiente, la continuidad de Harry Kane estaba en duda y el mercado del Tottenham en busca de un nuevo delantero referencia iba a ser limitado, debido a la ausencia del equipo en Champions. Conte no veía los mimbres suficientes para construir un proyecto ganador y declinó la oferta.
Daniel Levy, ahora con un nuevo director técnico, debía continuar su búsqueda de la persona indicada para el banquillo. Comenzaba así el baile de nombres. Fonseca se postuló como una alternativa factible por su juventud y la buena relación con Paratici, aunque tampoco hubo acuerdo.
Finalmente, el elegido fue Nuno Espírito Santo, que venía de entrenar al Wolves y tenía experiencia en Premier League. Desde un primer momento la cosa parecía no estar muy clara, ya que Levy afirmó que había contratado un entrenador de juego ofensivo. No había visto ningún partido de Nuno en los banquillos de la Premier.
Ultimátum a Nuno:
El breve paso del entrenador portugués estuvo marcado por el “unocerismo”, las derrotas y el mal inicio de Kane, que parecía contagiar a todo el equipo. Demasiada paciencia tuvo Daniel Levy sabiendo a lo que nos tiene acostumbrados.
La derrota 0-3 frente al Manchester United fue la gota que colmó el vaso y Nuno dejó unas declaraciones finales antes de ser destituido: “Tenemos que ser fuertes, aceptarlo”. Parecía un mensaje para él mismo antes que para el equipo.
El favorito volvía a ser Conte, que esta vez parecía convencido. Quizá la continuidad de Kane y fichajes como Romero abrieron los ojos al técnico italiano. El más ilusionado parece Fabio Paratici: “Conozco de primera mano las cualidades que Antonio puede aportanos, ya que trabajé con él en la Juventus, y espero ver su trabajo con nuestro talentoso grupo de jugadores”.
Antonio Conte no ha llegado al norte de Londres como transición de un proyecto, sino para zarandear los puestos altos de la clasificación y devolver al Tottenham a la Champions. La dificultad y las exigencias son altas, pero todavía queda mucha temporada.
Imagen principal: @SpursOfficial