El fútbol, al igual que la vida, da muchas vueltas. En dos temporadas, se puede alcanzar la gloria y ,después, tocar fondo. El Liverpool, no hace muchos años atrás, vagaba por la Premier League con total mediocridad respecto a su rica historia. Por lo tanto, su situación actual no debería considerarse catastrófica. No obstante, sí es cierto que los ‘reds’ están lejos del nivel al que nos han acostumbrado tras la -exitosa- gestión de Jürgen Klopp.
El bajón del equipo inglés es un hecho y los últimos resultados en Premier lo reafirman. Además, fueron eliminados de la FA Cup por el Manchester United. Sin embargo, se mantienen vivos en la Champions y, tras vencer por 0-2 al Leipzig, parecen tener encarrilada su clasificación a cuartos de final.
La causa de este rendimiento es una concatenación de factores. En primer lugar, como ya comentamos en artículos anteriores, la reducida pretemporada y el poco tiempo de descanso, entre el final de la 2019-20 y el inicio de la 2020-21, han supuesto cargas en el físico de los jugadores. El apretado calendario ha sido la gota que ha colmado el vaso: las lesiones musculares se han disparado en Europa.
El Liverpool ha sufrido numerosas bajas este curso, algunas de ellas muy graves: Virgil Van Dijk, Joe Gomez y Joel Matip no cuentan ya para Klopp en esta temporada. Son los tres centrales titulares del equipo, por lo que la defensa se ha visto bastante afectada. Fabinho y Jordan Henderson, defensas de circunstancias, cayeron lesionados también. El brasileño superó ya sus problemas físicos, pero el capitán está aún «en la enfermería».
Por su parte, Naby Keita y Diogo Jota (que se había desatado como un excelente revulsivo y alternativa al tridente titular) han vuelto hace muy poco a la rutina del grupo tras sus respectivas lesiones. Estas bajas han lastrado al Liverpool durante toda la campaña y, como era de esperar, han influido negativamente en su juego. Los cambios de posiciones para compensar pérdidas, como Wijnaldum en el pivote, son muestra de ello.
La falta de alternativas en el ataque, que empeoró con la lesión de Diogo Jota y la cesión de Takumi Minamino, ha derivado en una excesiva carga de minutos sobre Mané, Firmino y Salah. De hecho, no es ningún secreto que el nivel de los tres ha bajado. También Alexander-Arnold, el ‘playmaker’ de los ‘reds’ y uno de sus pilares, ha disminuido sus prestaciones. Esto se debe, en parte, a la ausencia de Henderson en el mediocampo. El inglés ofrecía desmarques únicos, los cuales abrían espacios que el lateral solía aprovechar con excelencia.
La derrota contra el Chelsea ha sido un varapalo bastante duro para los de Klopp. El Manchester City tiene el título de liga en su mano, de manera que la clasificación a la Champions es el único objetivo liguero del club. Los ‘reds’ están a cuatro puntos de la cuarta posición, pero la tendencia es pésima y podrían complicar aún más su situación.
Los aficionados esperan que los fichajes ayuden a levantar el vuelo: Thiago no está jugando al nivel esperado y Ozan Kabak acaba de llegar para añadir consistencia a la defensa. Jota ya tuvo minutos ante los ‘blues’, así que todos esperan volver a ver actuaciones estelares por su parte. La Premier es una carrera de fondo, pero el Liverpool corre con 20 kilos de lastre encima. Veremos si logran salvar la temporada.
Una radiografía de los vaivenes del equipo. Buen punto de vista