Un Atlético vs Madrid siempre es un derbi caliente. Un partido en el que saltan chispas, en el que cada afición quiere ganar más por fastidiar al rival que por su beneficio. Es así. Son los dos equipos de la capital, un contexto inédito, y un título de liga que, aunque un mes atrás no estaba previsto, ahora está en juego.
Simeone y Zidane son dos de los entrenadores más carismáticos del fútbol mundial. Simeone le ha dado la vida al Atlético, rescató a un equipo al borde del descenso y con sus triunfos construyó el Wanda Metropolitano y colocó al conjunto rojiblanco en el lugar donde pertenece, en Champions y en el ‘top’ de España.

Zidane es símbolo del Madrid, un entrenador al que acusaban de alineador y al que luego le suplicaron volver. Un exjugón (sobre el campo) que transmite su sabiduría de jugador a otros jugadores, a futbolistas que se sienten comprendidos por un hombre que ha estado en su lugar. Los dos son iconos de la capital. Los dos son ídolos de masas de dos formas de ser y de entender.
Trippier-Carrasco, la potencia rojiblanca en banda:
El Cholo recupera a Trippier y Carrasco para el partido de la temporada, dos piezas fundamentales en la mutación del esquema del argentino para explotar la circulación de valor mediante balones en profundidad por banda. No es casualidad que el Atlético haya atravesado su peor mes de la temporada sin ellos en el campo.

Por otro lado, la duda está en saber el planteamiento de Simeone, tan imprevisible como crónico. El Atlético, al jugar en casa, debe salir a morder, a proponer, a mandar, a intimidar para ganar y dar un golpe sobre la liga. Eso implica poner a Joao (para mandar un mensaje de ambición al rival) y a Lemar, un jugador renacido. Implica ir a por el partido sin especulaciones. El Cholo, Dios de los Atléticos, en ocasiones peca de conservador y lo paga. Si quiere ganar a Zidane por primera vez en el Metropolitano tendrá que dar un paso al frente.
Base sólida, oportunidad definitiva:
El Madrid se agarra a la liga y se ha metido en la pelea en las últimas semanas, pero hoy se puede salir y, está vez sí, ser definitivo. Todo lo que no sea ganar en el derbi será un bajón en sus posibilidades por pelear por el título, una oportunidad perdida. Tienen más que perder que ganar.
El Madrid es una mezcla de garantía y renovación, de veteranía y juventud. Mantiene la base de un tridente en el medio de oro, un centro del campo que le ha dado la gloria al conjunto blanco. En defensa falta el capitán y la duda está en saber si el jugón, don Karim Benzema, llega para marcar la diferencia, o le sustituye un falso 9 del 9,5 (Isco). En caso de que juegue el malagueño, la opción de introducir a un cuarto centrocampista (Valverde) para reforzar la medular se prevé probable.

En el Metropolitano se vivirá una batalla que nos hará salir de dudas o nos creará aún más. El derbi de la capital paralizará el pulso de la liga durante 90 minutos, y después veremos de qué color lo retoma.