El Barça ya es campeón de liga. Un título muy necesario para la estabilidad del proyecto de Xavi y de la economía del club. Un trofeo que simboliza la regularidad anual en su máxima expresión y que el club blaugrana llevaba cuatro temporadas sin ganar. Y un título, para mí, tan importante como la Champions e incluso más difícil de lograr, aunque mucho menos mediático. Mi enhorabuena y reconocimiento a todos los culés como el mejor equipo del curso en nuestro país.

En esta pieza no pretendo, ni mucho menos, restar mérito al justo campeón, como quizá muchos interpreten tras leer el titular. Tampoco achacarlo a un demérito ajeno por parte de Real Madrid y Atlético de Madrid.

Sí busco resaltar las formas, porque me parecen llamativas e insólitas en la época reciente, de un club que ha predicado un estilo opuesto con el que esta temporada ha salido campeón, con todo merecimiento. Es lo que hay.

Creo que no es descabellado decir que el Barça ha ganado una de sus ligas menos brillantes a nivel estético, al menos que yo recuerde. También una de las más necesarias. Eso sí, estoy seguro de que será una de las menos recordadas de aquí a unos años, más allá de que sea el primer gran título de Xavi como entrenador. Quizá ese sea el único motivo por el que permanezca en nuestras retinas. Yo, al menos, no encuentro muchos más.

Para mí, si me piden que sintetice en una sola clave la victoria de los de Xavi en el campeonato liguero, lo tengo claro: solidez defensiva.

El Barça se ha proclamado campeón con la portería a cero como máximo estandarte de un juego que, durante muchos tramos donde no ha podido contar con piezas claves en la creación y desequilibrio como Pedri, Frenkie de Jong o Dembélé, ha sido bastante vulgar, espeso, lento y previsible.

El Barça, que para ser más exactos, no ha encajado en 25 encuentros de liga (Ter Stegen sólo ha recogido el balón de dentro de su portería en 13 ocasiones), ha ganado esta liga sustentado por una cascada de victorias por la mínima (1-0), resultado que se ha repetido hasta en 11 encuentros. ‘Unocerismo’ puro, a lo Cholo Simeone. Cuanto menos, llamativo.

Desde aquí quiero defender, nunca mejor dicho, las formas que ha predicado el Barça en la consecución de este campeonato, en cuanto al aspecto defensivo. Un equipo serio, sólido, compacto, trabajado, organizado, solidario. En definitiva, un EQUIPO.

Un equipo que, consciente de sus carencias persistentes en la elaboración, ha priorizado la base de cualquier triunfo colectivo en un campeonato tan largo. Defensa. Defiendan. No me cansaré de decirlo. Al fútbol se gana desde atrás, y esto también puede aplicarse al Barça.

El Barça ha ganado una liga en la que, además de los goles de Lewandoski (21), han destacado figuras como Ter Stegen, Araújo, Koundé, Christensen o Balde. El Barça ha ganado un campeonato feo, pero eficaz. Lo que nunca hubiéramos imaginado.

Me alegro mucho de que el Barça haya ganado con un estilo contrario a su ADN. Me alegro mucho de que Xavi también, consciente o inconscientemente, haya antepuesto el resultado al juego. Al fin y al cabo, en el fútbol, lo primero es lo que dicta sentencia.

«Ojalá ganaramos todos los partidos por 1-0», dijo el día que sentenció el título a manos de un Atlético que, precisamente, es el equipo clásico en repetir este resultado una y otra vez que, para mí, refleja la máxima de un juego que, antes que espectáculo, es hipercompetitivo: marcar un gol más que el rival y dominar las áreas.

El Barça ha ganado la liga por ser el equipo más regular y el que menos errores ha cometido. El Barça (de Xavi), ha ganado la liga más ‘Cholista’ posible, la del ‘unocerismo’. Y vale igual.

Imagen principal: Edit José Manuel Calviño.


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