Crónica de una muerte anunciada. Ronald Koeman ha sido destituido como técnico del FC Barcelona tras 14 meses en el cargo protagonizados por más sombras que luces. El entrenador neerlandés, elegido por la junta de Bartomeu para reconducir a un equipo en descomposición desde hace un lustro, ha sido la tirita para una herida demasiado profunda que no ha sido capaz de cicatrizar.

Protagonista de su famoso sentir con la actual plantilla, “Es lo que hay”, la realidad es que Koeman fue capaz de realizar una temporada más que aceptable en el curso anterior de la mano de un Messi salvador que maquilló las deficiencias tácticas de un entrenador que casa con el escudo pero no con su filosofía.

Koeman sobrevivió y conquistó una Copa del Rey con mérito indiscutible, además de otorgar las riendas de la transición generacional al ‘mago canario’ Pedri, pero nunca consiguió sacar el máximo partido a una plantilla que, sin ser ni mucho menos la mejor posible, sí que tiene elementos para practicar un fútbol más atractivo y pelear por los títulos nacionales.

La salida del astro argentino acabó con la cortina de humo de todo este tiempo atrás y dejó al entrenador como único responsable de potenciar a los suyos sin maquillaje de por medio. Hay talento a raudales todavía en desarrollo y materia prima para no excusarse tanto en las bajas, pues nadie le exige ganar la Champions, sino competir en liga.

Una cascada de despropósitos desde la dirección deportiva, incluido Koeman, como el regalo de Suárez al Atlético; inversión y posterior despilfarro vuelta a casa de Griezmann; el fichaje de Luuk de Jong para cabecear al limbo un plan desesperado de balones a la olla mientras otros delanteros de verdad como Falcao hacen su trabajo en el Rayo. Son algunas decisiones administrativas achacables a la cúpula blaugrana con Koeman como cómplice.

Ahora bien, si vamos al verde descuidado por el mármol, hay demasiadas grietas que arreglar: mentiras como la de Eric García de central o Dest de extremo; estafas como la de Sergi Roberto, siempre fuera de una supuesta posición natural en la que nadie le ha visto brillar; Busquets expuesto sin balón sin un Nico que juega mucho menos de lo que debería y que solo le puede aportar cosas positivas al equipo; centros, centros y más centros por falta de plan para rescatar partidos mal planteados.

El Barça tiene un buen equipo en manos equivocadas: una defensa más que aceptable con Dest y Jordi en los costados, Piqué y Araujo centrales; un centro del campo para jugar al fútbol con Busquets, Gavi, Nico, Pedri y Frenkie, alias ‘el verdadero de Jong’; una delantera formada por Memphis y el heredero Ansu, Agüero y un Dembélé cerca de volver.

Koeman ha patentado un ‘Tiki-Taki’ inaceptable que solo la indemnización de su contrato ha sostenido hasta ahora. Laporta decidió mal y tarde una sentencia anunciada que ha prolongado demasiado sin operar de urgencia para grapar la brecha que descuelga al equipo de todo. Noveno en liga (solo 15 puntos de 30 en juego), y al borde del precipicio en Champions. Cinco partidos a domicilio, cero victorias, un gol a favor y nula autocrítica del entrenador.

Lo que hay da para más y el que venga (Xavi) lo demostrará.

Imagen principal: Twitter @FCBarcelona_es


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