La temporada en Primera Federación se avecina a su ocaso y desde esta casa no podíamos dejar pasar la oportunidad de hablar del CE Sabadell. Los catalanes -uno de los conjuntos históricos del bronce– han pasado por numerosos altibajos a lo largo de la campaña para terminar siendo uno de los equipos más destacados del 2023 en la categoría. La positiva transformación de una escuadra muy interesante que ha plantado la semilla de un gran futuro.
Los arlequinados han llegado lanzados a la recta final, sumando números de club aspirante al ascenso. Un conjunto que ha estado codeándose con los puestos de peligro durante gran parte del curso y que ha experimentado una positiva transformación para explotar el potencial de una plantilla muy interesante para conseguir la tranquilidad a estar alturas -e incluso un premio mayor-.

Tras construir un equipo prácticamente desde cero, las limitaciones económicas obligaban a hacer maravillas para crear un conjunto realmente competitivo. En Sabadell eran conscientes de que no iban a ser favoritos para estar arriba y el mal inicio de temporada confirmó las preocupaciones de una afición que, hasta hace poco, saboreó las mieles del fútbol profesional.
Los de la Nova Creu Alta no lograban encontrar el ritmo y sufrieron varias derrotas consecutivas que impedían retomar el vuelo de inmediato. La falta de gol era evidente y el equipo encajaba demasiado, pero se había conseguido una plantilla de calidad. La presión sobre los jugadores comenzaba a pesar, porque la zona que ocupaban no era la de un club que tenía que conseguir la permanencia sin sufrir.

El mercado invernal marcó un antes y un después. La destitución de Gabri García por un técnico de la casa como Miki Lladó fue vital para el cambio de un equipo de descenso a un conjunto en alza. El joven entrenador ha conseguido que una plantilla muy joven alcance la madurez futbolística, haciéndolos conscientes de que pueden competir de tú a tú frente a proyectos más potentes.
El trabajo de los jugadores es de admirar y su determinación para mejorar ha sido ejemplar. De tener otra mentalidad, se habrían venido mucho más abajo. Al final, el esfuerzo da su recompensa y la plantilla ha terminado rindiendo por encima de lo esperado. La llegada de Lladó sacó todo el potencial de un conjunto que prometía sufrir, según las sensaciones de la primera vuelta. No obstante, el gran trabajo en el apartado de fichajes también ha sido un factor decisivo para el cambio.

El Sabadell ha encontrado en Adrián Ortolà a su guardián de la portería. La llegada del experimentado cancerbero puso la primera piedra para comenzar a resurgir: la solidez defensiva. El exjugador del FC Barcelona ha dado una vuelta de tuerca en la sangría de goles encajados por los catalanes, sumando más partidos que tantos en contra.
A esta faceta hay que añadir la inclusión de Pau Resta en el once titular. El jovencísimo central empezó a entrar en la dinámica de partidos a partir de la llegada de Miki Lladó al banquillo y ha respondido convirtiéndose en uno de los defensores más destacados de la segunda vuelta. Un suculento cerrojo de garantías para aquellos equipos que quieran pescar en el bronce.

La dirección deportiva supo pescar en río revuelto para hacerse con el que ha terminado siendo el mejor fichaje invernal del Grupo II: Cristian Herrera. El delantero gerundense, tras una incomprensible marcha del CF Intercity, se ha convertido en uno de los jugadores que más puntos ha aportado con sus goles en todo el curso. Una auténtica ‘carta ganadora’ que ha dado el oxígeno suficiente a un Sabadell que ha terminado salvándose sin sufrir.
Es inevitable afirmar que el estado de gracia de Cristian Herrera frente al gol ha sido el acompañante fundamental del gran 2023 de los arlequinados. Formando una dupla de ensueño junto a Pau Víctor -jugador revelación de la temporada-, ambos atacantes han brillado con luz propia para finiquitar la sequía ofensiva que arrastraba la plantilla. Son culpables directos de la reacción del equipo.
El premio final al magnífico momento del Sabadell sería la clasificación para la próxima Copa del Rey, pero el objetivo fundamental ha sido conseguido tras una campaña de muchos contratiempos en lo futbolístico y en lo emocional por la pérdida de su director deportivo, Gerard Escoda.

Lo cierto es que los arlequinados tienen una interesante base para soñar a lo grande la temporada que viene. La columna vertebral de la plantilla tiene un gran margen de crecimiento, pero están obligados a volver a acertar en las llegadas y en el proyecto -teniendo en cuenta que jugadores como Pau Víctor volarán a destinos más potentes-.
La continuidad de Miki Lladó es clave para ver a un Sabadell competitivo. El entrenador ha sumado números de playoffs desde su llegada y ha sacado la mejor versión del equipo y de unos jugadores muy jóvenes. Una persona que conoce la casa a la perfección y siente los colores que ha demostrado ser más que válido para el cargo. Mejor que él, no se me ocurre nadie.
Imagen principal: @CESabdell.