La jornada intersemanal por el puente de diciembre nos ha dejado uno de los encuentros más esperados y espectaculares entre los que nos puede ofrecer la Primera Federación: el derbi del Campo de Gibraltar. Con este nombre se les conoce a los partidos donde se enfrentan los dos principales equipos de esta comarca al sur de la provincia de Cádiz, el Algeciras CF y la Real Balompédica Linense -también conocida como ‘Balona’-.

La rivalidad histórica por ver quién se convierte en el referente futbolístico de la comarca comenzó en 1943, fecha del primer enfrentamiento entre ambos. Con los rojiblancos debutando en Tercera División, el resultado fue de un empate a dos, dando comienzo a una larga trayectoria de apasionados encuentros.
Desde ahí, sumando la reciente jornada que se llevó el Algeciras, se contabilizan 81 enfrentamientos oficiales habiéndose visto las caras en tres categorías nacionales -Tercera, Segunda ‘B’ y Primera RFEF- y dos competiciones de copa -Copa Federación y Copa del Rey-, además de torneos a nivel regional y amistosos. De momento, la balanza se decanta hacia el lado algecireño con 32 victorias, 21 empates y 28 victorias de la Balona.

Aunque ambos hayan podido disfrutar de campañas en Segunda División -los linenses seis y los algecireños nueve-, el ‘Clásico del Campo de Gibraltar’ no ha tenido la suerte de llegar al escalón profesional del fútbol español. Lo que realmente es una pena, debido a todo lo que se genera alrededor de este partido.
El gran número de enfrentamientos indican que ambos equipos han tenido una historia similar, acumulando la mayoría de sus años de trayectoria entre la tercera y la cuarta categoría. Mientras la Balona ha competido más campañas tanto en Segunda ‘B’ como en Tercera, el cuadro algecireño es el más laureado en cuanto a campeonatos de liga en estas divisiones. Por esto, la rivalidad entre ambos se presenta cada vez más candente, porque apenas existen diferencias tan fuertes como para dar a un club por encima del otro.

Rencillas como quién es el club Decano de la comarca -ya que cada vez que uno anuncia una fecha más baja el otro hace lo mismo y, que de momento, es el Algeciras con fecha de fundación en 1909- o el cruce de futbolistas entre ambos equipos, declaraciones intencionadas y asuntos variados, son elementos que suben la tensión de este gran encuentro. Y, rechazando cualquier acto de violencia -que desgraciadamente los hay, y no se pueden ignorar-, es un lujo poder vivir en primera persona un derbi de estas magnitudes.

Algeciristas y balonos que estén leyendo este artículo estarán de acuerdo conmigo que, en cuanto salen los calendarios de las nuevas temporadas, lo primero que se hace es buscar cuándo cae el derbi. Ya puede venir el Deportivo, el Córdoba o cualquier filial de un grande de Europa, que el partido capital siempre va a ser entre los dos grandes del Campo de Gibraltar.

La semana de Clásico es la semana por excelencia. Y por cercanía de ambas ciudades, es recurrente el intercambio de comentarios, muchos con la guasa típica gaditana, entre aficionados para calentar el encuentro -siempre con deportividad, aunque los partidos siempre se declaran de alto riesgo-.

El fútbol en el Campo de Gibraltar está más vivo que nunca, y solo hay que ver cómo se tiñó la otra noche el Nuevo Mirador, todo de rojiblanco menos uno de los fondos, repleto de camisetas y bufandas albinegras. Más de 5000 personas en una noche de miércoles -que si hubiese caído en finde se rozaría el lleno casi seguro de 7000 espectadores-, para disfrutar del último derbi hasta la segunda vuelta en La Línea.
Esta vez, el Algeciras se quedó con los tres puntos tras defender con garra un tempranero gol, rompiendo la racha negativa con la que llegaban a este encuentro -un punto a favor para que la Balona saliera con todo para hundirlos’ un poco más-. Y lo cierto es que, desde 2016, los algecireños no conocen la derrota en el derbi –el capitán Iván Turrillo es el único superviviente de esa época- y ya acumulan cuatro victorias consecutivas en el clásico del Campo de Gibraltar, de momento teñido de rojiblanco.

Cuántas tardes y noches para recordar se han vivido en estos encuentros desde ese primer empate a dos en 1943, y cuántas historias y anécdotas se pueden contar de ellos. La última más memorable, el ascenso matemático del Algeciras a la nueva Primera Federación en el Municipal de La Línea con un gol de tacón de Edu Ubis en el último minuto. Adrenalina pura.

En resumen, no existen caracteres suficientes para expresar todo lo que genera este partido. Entiendo que a ojos del aficionado general se pueda pensar que es una exageración o que no es para tanto, pero la pasión que se denota es impresionante. Os invito a vivirlo en persona, y en ese entonces, tras el partido, os preguntaréis: ¿quiénes son Barça y Madrid?
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