La esencia de un capitán es sentir la camiseta como si fuera tu piel. En un mundo tan mercantilizado como es el actual fútbol, pocos ejemplos quedan de jugadores que sientan el escudo como suyo. No por la cantidad de ceros que ingresan, que de esos abundan y sobran, sino de los que padecen, honran y se enorgullecen de defender al club de sus amores, por más pequeño que sea.
Entre otros tantos ejemplos, un equipo que puede sentirse orgulloso de tener un gran capitán es el Algeciras CF con Iván Turrillo como insignia capital. Tanto club como jugador acordaron recientemente la ampliación de contrato por una temporada más, ante una exigente nueva campaña en Primera RFEF.
En el fútbol «de barro» el baile de jugadores es brutal. Mientras los equipos de primera línea suelen mantener un bloque constante añadiendo como mucho cuatro o cinco retoques, aquellos por debajo de la Segunda División, en muchísimas ocasiones, se ven obligados prácticamente a reconstruir sus plantillas desde cero.
Los contratos volátiles y típicos de estas categorías hacen que cada nueva temporada tengas que acostumbrarte a un aluvión de caras nuevas que, probablemente, a final de curso estarán volviendo a hacer las maletas. Es reconfortante saber que aún existen jugadores fieles, algo muy raro de encontrar actualmente. Que sientan los colores por encima de todas las ofertas que les puedan hacer, más aún en un entorno tan activo como puede ser el mercado del fútbol modesto.
Por ello, Iván Turrillo es un ejemplo que seguir. Con la mencionada renovación, el capitán de los rojiblancos sumará su 16ª campaña consecutiva en el primer equipo algecirista. Pura leyenda y patrimonio del club con casi 430 partidos disputados. Un orgullo para el equipo de su propia tierra, que lo ha visto debutar y crecer hasta llegar a lo que es hoy: un gran capitán.
Los clubes que puedan disfrutar de estos jugadores saben de su importancia, tanto dentro como fuera del campo. Al fin y al cabo, se convierte en una figura a respetar y la encargada de transmitir los valores del escudo a los nuevos compañeros, como si fuera un representante de la afición en el vestuario.

Solo hay que ver la ansiedad de los aficionados algecireños nada más comenzar la preparación de la nueva temporada. «¿Renovará Iván?» Es la pregunta que más se puede leer por estas fechas en los perfiles de las redes sociales del club, ante la incertidumbre de la continuidad de un jugador que ha defendido el escudo de su ciudad en cuatro categorías diferentes: Primera RFEF, Segunda B, Tercera División y Primera Andaluza.
Cuando se habla de un capitán en fútbol, es inevitable que el nombre propio que se te venga a la mente se corresponda con una leyenda, ya sea a nivel mundial o en su propio club. Carles Puyol, Ryan Giggs, Paolo Maldini o Francesco Totti son ejemplos de grandes líderes dentro y fuera del campo. Ídolos eternos de sus aficiones. Mitos del fútbol moderno.
¿Cómo comparas estos nombres con una categoría como la Primera RFEF? Y por qué no. A mayor o menor escala todos tienen algo en común, el amor incondicional por sus colores. Ser fieles a ellos durante toda su carrera. Y cabe recalcar que, con una simple temporada de cualquiera de estos jugadores en sus clubes, cada uno de los lectores promedios tendríamos la vida más que amortizada.
Esto otorga más valor a jugadores como Iván Turrillo, cuyos contratos les da para vivir sin más. En el caso del algecireño, hasta hace muy poco, compaginando el fútbol con su actividad profesional en una fábrica metalúrgica. Obteniendo la excedencia del trabajo por la importancia de la actual categoría, el capitán ahora puede enforcarse 100% en la competición.

A sus 33 años, muchos le han dado por muerto en más de una ocasión. «Que si no sirve para Primera RFEF». Con todos los respetos, esas personas no saben lo que están diciendo. Al fin y al cabo, son entrenador y jugador los que decidirán si «no sirve». Pero cierto es que en la recién acabada campaña han sido «Iván y diez más», siendo el centrocampista con más minutos.
Es pieza clave en el equipo, tanto en factor deportivo como en factor humano, siendo esto último un elemento diferencial que puede sumar muchos puntos a un club: un vestuario unido con un líder nato. Es un símbolo para cualquier aficionado, compañero y entrenador. Y un claro referente para todos aquellos chiquillos que juegan en las categorías inferiores de la ciudad. Se puede jugar al fútbol en Algeciras y se puede llegar a ser una leyenda.
La mejor noticia posible para el Algeciras CF ya ha llegado. Y nótese la intención del club de señalar a Iván Turrillo como «primer ladrillo» y referente del proyecto 2022/2023, siendo el primer anuncio oficial en cuanto a renovaciones y fichajes. Los aficionados algeciristas tienen que disfrutar lo máximo posible de este futbolista, una de las figuras históricas del club por su rendimiento y su compromiso.
En definitiva, Iván Turrillo es el claro ejemplo, junto a muchos otros jugadores, que se debería de exaltar en el fútbol modesto. La pasión de una afición reflejada en el terreno de juego por jugadores de su propia tierra. Que lloran de alegría por un ascenso y lloran de tristeza por un descenso, pero lloran. Y sienten el escudo como nadie. Gente normal y sencilla que un domingo te marca el gol de la victoria ante el eterno rival y por la tarde te lo encuentras con un mono de trabajo. Eso es el fútbol que defiendo, el de los colores y no el del dinero.
Imagen principal: @AlgecirasCF.