Otro año más volvemos a encontrarnos en la misma tesitura. Otro año más en el que las últimas jornadas son las grandes enemigas de los equipos humildes y en las que un mínimo error te manda al infierno más complicado del que salir: la Segunda División (pregúntenle al Zaragoza, Sporting de Gijón o al mismo Deportivo de la Coruña).

Habitualmente, se tiende a culpar a estas últimas jornadas del descenso de los equipos, pero únicamente son el reflejo de los errores que los han llevado a esa mala situación en la clasificación.
Para los aficionados del Cádiz, Getafe, Valencia, Almería, Celta y Valladolid son los peores momentos que se pueden vivir, pero para el espectador neutral, son los más bonitos del año.
Esos partidos son la representación de lo que debe ser el fútbol: todos los encuentros a la misma hora y los transistores a todo volumen para conocer qué sucede en la otra punta de España. Un error te condena y un acierto te salva.

En Cádiz creían que, por fin, tendrían una temporada tranquila y no sufrirían por la salvación hasta el final, pero al final la cabra tira al monte y el equipo se ha resentido pese al sorprendente nivel de jugadores como Bongonda.
El Getafe CF, que ya estaba establecido en primera, pues ha estado 18 de las últimas 19 temporadas en la máxima categoría del fútbol español, llega a la última jornada dependiendo de sí mismo, a pesar de la grave lesión de Enes Ünal (rotura de ligamento cruzado). Con un empate les basta.
El Valencia CF se ha acostumbrado estos últimos años a una lucha muy diferente a sus objetivos europeos de las últimas décadas y gracias a sus resultados en Mestalla y a los chicos de Paterna (Diego López, Alberto Marí o Javi Guerra) siguen vivos y dependen de sí mismos.

La UD Almería llegaba a LaLiga Santander como uno de los equipos más prometedores, pero la baja de Sadiq a principio de temporada hizo mucho daño y con sus malos resultados fuera del Power Horse Stadium, son el peor visitante de la Primera División junto al Elche, se ha condenado a los puestos bajos.
El RC Celta parecía estar fuera de esta pelea hace meses y centraba su vista en Europa después del buen juego y de la buena racha de resultados con la llegada de Carvalhal. Esta vez deberá enfrentarse a una situación tan delicada con un Iago Aspas muy mermado por las lesiones y con un equipo que sólo ha conseguido una victoria en sus últimas diez jornadas.
Pezzolano empezó muy bien en Valladolid, pero tras encadenar cinco derrotas consecutivas, parece que Pacheta no estaba haciendo tan mala temporada con los vallisoletanos. La victoria contra el FC Barcelona les dio la vida y puede haber sido clave en esta lucha, pero son el único equipo al que sólo le vale ganar para conseguir la permanencia.

Por último, el RCD Espanyol, que consumó su descenso matemático la jornada pasada, ha sido una de las decepciones de la temporada. Encontrarte tan abajo en las últimas jornadas con jugadores como Sergi Darder, Joselu o Pacheco es una mala señal.
El club hizo una gran inversión a principio de temporada para evitar volver a Segunda y ha estado toda la temporada en esos puestos. Por calidad individual, debería estar mucho más arriba, pero el equipo se ha hundido en los momentos importantes y ha sufrido demasiados errores propios y ajenos.

La jornada 38 decidirá quién ocupará la última vacante para la Segunda División del próximo curso, con rivales sin nada en juego para la mayoría de involucrados (Betis-Valencia, Celta-Barcelona, Elche-Cádiz y Espanyol-Almería) y el duelo directo del que es muy probable que salga un damnificado (Valladolid-Getafe).
Veremos qué club se lamenta de haber tirado tantas jornadas y cuáles afirman haber aprendido la lección para no volver a sufrir por bajar al infierno o, por lo menos, hasta estas mismas fechas el año que viene. ¡Qué bonito y qué duro es el fútbol!
Imagen principal: Edit Marta Calle.