Choque de trenes, el partido más esperado de la temporada, el duelo que enfrenta a los dos mejores equipos del mundo, con media liga en juego, dictaba sentencia en el devenir más próximo de ambas potencias en lo que resta de curso. Y para un encuentro tan trascendental, con el Bernabéu engalanado de las grandes ocasiones, ambos técnicos presentaron unos onces para sorprender a su rival y tratar de conquistar la cima de del fútbol español en la carrera hacia el título liguero.
Zinedine Zidane sorprendió a todos con la entrada de Marcelo en el lateral izquierdo y Vinícius en ataque, que ya se está convirtiendo en habitual. Por su parte, Quique Setién apostó por Umtiti para acompañar en el centro de la zaga a Gerard Piqué; Jordi Alba, que regresaba de lesión, en el lateral izquierdo; y Vidal en el costado derecho. De este modo, ambos equipos presentaron un falso 4-3-3 en el que Isco se situó en la mediapunta para suministrar de balones al ataque blanco, y Vidal en e centro del campo del Barça para cimentar la medular blaugrana.
Y la primera parte ilustró las dinámicas de ambos equipos. El Madrid ejercía una presión más alta para dificultar el juego del rival, movía el balón a una mayor velocidad, y era mucho más vertical en ataque para buscar la portería contraria. Por el contrario, el Barcelona se limitó a dormir el partido con una circulación de balón lenta para cansar al equipo blanco, con toda la paciencia del mundo confiando en que en algún momento aparecería el espacio, la oportunidad con la que golpear, pero ésta no llegó en todo el encuentro.
Los dos equipos priorizaron no cometer errores y estirar el partido hasta el tramo final con todo por decidir mientras dosificaban sus esfuerzos durante el transcurso del encuentro para llegar con energía al momento decisivo, y la consecuencia de todo esto solo podía ser el gozar de pocas ocasiones y llegar con 0-0 al descanso. De esta forma, el Madrid tuvo su aproximación más peligrosa con una internada de Marcelo en la que el brasileño no se la pasó a Isco, que llegaba desde atrás y tenía opciones de disparo, mientras que el Barça tuvo las suyas por medio de un disparo de Griezmann a las nubes tras una combinación con Jordi Alba, y un escorado mano a mano de Arthur que Courtois envió a córner. El resultado, primera parte muy descafeinada.
Pero el ritmo monótono de la primera mitad desapareció y el Madrid arrasó en la segunda con un asedio total sobre la portería de Ter Stegen que acabó haciendo justicia a la insistencia blanca. Isco fue el primero en avisar con dos muy claras que salvó el guardameta alemán, y Vinícius y Benzema se asociaban constantemente creando un quebradero de cabeza en la defensa culé, pero no conseguían perforar la portería, pues el Madrid vive negado de cara a gol desde hace dos años ante la falta de un referente en el área. Y con este panorama, con todo el peligro volcado sobre el área blaugrana, el gol solo podía llegar con una dosis de suerte, eso sí, bien merecida. Vinícius recibió escorado en el área, Piqúe, conocedor de la falta de gol del brasileño, le cedió el disparo para evitar que habilitase a un compañero, y el extremo del Madrid aceptó la oferta y tiró contra el cuerpo del central blaugrana para que el balón entrase en la portería y desatase la locura en Chamartín en torno a Vinícius, que se coronó en un partido de estas dimensiones.
La reacción del Barcelona no existió en ningún momento, con un juego muy pasivo, estático y previsible con el que era muy difícil hacer daño al rival, sumado a la discreta actuación de Messi en el día de hoy. Braitwaite fue el único que inquietó el marco del guardameta belga desde el banquillo, pero el Barça no dio sensación en ningún momento de sacar algo del Bernabéu en el día de hoy.
Y en medio del vendaval blanco, con todo a favor para dar un golpe sobre la mesa, el Madrid, esta vez sí, supo sentenciar y aprovechar su momento, y certificó un triunfo que les devuelve el liderato gracias a un Mariano que acababa de ingresar en el terreno de juego y necesitó menos de un minuto para asestar la puntilla final al equipo culé.
El Barcelona se vio superado ante el asedio blanco de la segunda mitad y ve como pierde el liderato a manos del conjunto blanco, con una liga que se pone aún más viva con un solo punto de diferencia entre ambos conjuntos y todo por decidir a falta de doce jornadas.