Sevilla está preparada y engalanada para su gran derbi. Nervión y Heliópolis cara a cara en la previa al Día de Andalucía. Sin duda alguna, se trata de uno de los encuentros con mayor historia de todo el campeonato español. En la capital andaluza (y en general en la comunidad autónoma) el fútbol se vive con especial emoción; pero la trascendencia y la intensidad incrementan cuando se trata de la fecha señalada entre Sevilla y Betis.
No obstante, el regreso a la escena competitiva del conjunto verdiblanco en los últimos años ha conseguido una mayor atracción global para el derbi. Si bien es cierto que faltaba cierta regularidad, la llegada de Manuel Pellegrini al Benito Villamarín pulió todos esos aspectos que impedían mantener el nivel del equipo de la Ciudad del Sol.
Por su parte, el Sevilla ha logrado dar un paso más en su posición en la liga. Quizá, los hispalenses eran el cuarto clasificado por obligación. Sin embargo, bajo las órdenes de Julen Lopetegui son capaces de sostener el pulso a los firmes candidatos al título y, en la temporada actual, al aparente único aspirante: el Real Madrid.
Y si vamos más allá de estos rasgos generales y nos centramos en lo acontecido en la presente campaña, nos encontramos ante mucho más que un derbi.
Ambas entidades disfrutan de un momento espectacular y, a estas alturas, el rendimiento mostrado roza la matrícula de honor. Además, Sevilla y Betis están cerca de cumplir los objetivos marcados en agosto y poseen por delante bonitos y ambiciosos retos. Sin ir más lejos: una final europea en casa o, por el contrario, en el feudo del eterno rival.
Ahora, se trata de un duelo acentuado por la incertidumbre que generan ciertas circunstancias como, por ejemplo, el lastre que suponen la cantidad de lesiones importantes existentes; principalmente por el bando de Nervión. A esto hay que sumarle la eliminatoria copera entre Betis y Rayo Vallecano. Al final hablamos de una tentadora opción de levantar un trofeo.
Pero, cuando representas el escudo del Sevilla o del Betis, no hay nada como la motivación y demás sentimientos que genera el ‘Gran Derbi’ y esa atmósfera que lo envuelve. Por tanto, en un partido de tal calibre, escatimar en recursos y esfuerzos queda fuera de lugar. Se va con todo y más.
Para el aficionado, ya sea sevillista, bético o neutral, este encuentro es un bendito regalo. Nos esperan 90 minutos rebosantes de energía, tensión y, sobre todo, buen fútbol. Y quién sabe, pero ojalá no sea el último derbi que se dispute esta temporada en el Ramón Sánchez-Pizjuán.
Imagen principal: Edit José Manuel Calviño.