«Siempre hay un tiempo para marchar, aunque no haya sitio a dónde ir», rezaba el dramaturgo estadounidense Tennessee Williams (1911-1983) sobre la inevitabilidad del paso del tiempo. Esta frase se asocia a una de las grandes verdades de la vida: tarde o temprano nos vemos obligados a irnos ya sea de un lugar, una situación o la vida misma. Siempre estamos de paso. Y es lo que ahora está viviendo LeBron James.

Esta cita también podemos trasladarla al deporte, donde los protagonistas viven una montaña rusa de rendimiento, estado físico y mental durante sus carreras. Pero, al final, a todos y cada uno de ellos les llega el momento de la retirada, incluso a los más grandes. Nada es eterno.

En esta situación se encuentra ahora uno de los mejores (para muchos, el mejor) jugadores de baloncesto de la historia, LeBron James. El alero de Akron (Ohio) cumplió su vigésima temporada en la NBA con un final agridulce. Su equipo, Los Ángeles Lakers, tras una remontada impensable en temporada regular, fueron barridos por los Denver Nuggets en las Finales de la Conferencia Oeste.

El equipo liderado por Nikola Jokic se cargó a los Lakers y LeBron perdió la segunda Final de Conferencia de su carrera. La primera, y única hasta la fecha, fue ante los Orlando Magic de, por aquel entonces, Dwight Howard, en la temporada 2008-2009. En el resto de sus participaciones en Finales de Conferencia, un total de 12 ocasiones, el alero de 38 años logró alcanzar las Finales de la NBA.

Esta derrota ha sido un gran varapalo para el cuatro veces MVP y en la rueda de prensa posterior al choque en el Crypto Arena dejó un mensaje críptico al ser preguntado por su futuro. «Veremos lo que pasa más adelante. No sé, no sé. Tengo mucho en lo que pensar. Sólo personalmente siguiendo adelante con el baloncesto, tengo mucho en lo que pensar», comentaba James en la conferencia de prensa.


«Veremos lo que pasa más adelante. Tengo mucho en lo que pensar»

LeBron James en rueda de prensa tras la derrota ante los Denver Nuggets


¿Es posible la retirada?

Queda claro que ‘The Chosen One’ no tiene nada que demostrar en la NBA, pero resultaron impactantes sus declaraciones. ‘The King’ siempre ha demostrado un gran entusiasmo por jugar junto a su hijo, Bronny James. Actualmente, Bronny, que ha decidido unirse a la Universidad del Sur de California, está proyectado para ser top-10 del Draft de 2024, según la predicción de ESPN.

Para lograr ese objetivo único en la historia de la liga, James debería permanecer, al menos, dos temporadas más en la élite. Por contrato, esa opción existe, puesto que el alero tiene firmado la próxima temporada con una opción de jugador para el año 2024-2025, temporada en la que Bronny podría debutar en la liga norteamericana. Sin embargo, tras la derrota, parece que todo puede cambiar.

Si LeBron decide retirarse esta temporada, será un duro mazazo para los seguidores del baloncesto, que perderá a uno de los grandes atractivos de la vida. Se irá una leyenda, un elegido, un icono social, un héroe, un mito. No obstante, como vela el titular del artículo, el paso del tiempo es inevitable a la vez que desconcertante, porque supone un avance, pero también dejar atrás situaciones amadas.

Sea cual sea su decisión, para todos los amantes del baloncesto, como entonaba el cantante mexicano Vicente Fernández, LeBron James seguirá «siendo el rey» de aquí hasta que tome la decisión de finalizar con su legendario trayecto en el baloncesto profesional.

Imagen principal: @Lakers.


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