La NBA celebró anoche su primer Draft sin público de la historia. Los candidatos a dar el salto a la mejor liga del mundo tuvieron que conformarse con seguir la gala desde su casa vía streaming, pero los patrocinadores les enviaron una caja con todo lo necesario para su noche soñada: treinta gorras de sus treinta posibles destinos, un balón personalizado, gafas de realidad virtual, AirPods, micrófonos y cámaras para grabar sus reacciones y conceder las entrevistas posteriores… No faltó ningún detalle, como buen evento americano.
2020 ha sido un año atípico y el Draft no iba a ser una excepción. La temporada regular de la NBA se vio frenada el pasado mes de marzo por la pandemia y muchos equipos como los Minnesota Timberwolves, encargados del primer pick, no viajaron a la burbuja y han estado 9 meses sin competir. Tampoco lo hicieron ni los Warriors ni los Hornets, 2º y 3er pick. Sin duda un handicap a la hora de ver a los jugadores universitarios en directo, pero también una eternidad para planificar y tomar decisiones. Y todo apunta a que han elegido bien.
Pick 1: Anthony Edwards – Minnesota Timberwolves
No ha sido sorpresa. Se esperaba que el joven escolta de Georgia fuese drafteado entre los primeros puestos. Minnesota se hace con los servicios de un jugador físico. Tiene potencial de sobra para triunfar en la NBA. Lo curioso de Edwards es que ha reconocido en varias ocasiones que prefiere la NFL a la NBA. Desde pequeño siempre ha compaginado el fútbol con baloncesto. La tragedia también acompaña Edwards, que perdió a su madre y su abuela durante su adolescencia. Aquello hizo que Anthony se centrase más en la cancha para evadirse de lo demás. Su ética profesional le ha llevado a ser la mayor promesa de esta promoción.
Edwards llega a un equipo en desarrollo, con jugadores clave como Karl Anthony Towns y D´Angelo Russell. Puede ser el tercer pilar de la franquicia. También compartirá vestuario con Ricky Rubio, el hijo pródigo, que vuelve a casa por Navidad. Habrá que ver cómo Ryan Saunders organiza tanto talento; seguramente la rotación juegue un papel importante esta temporada para los Timberwolves.
Pick 2: James Wiseman – Golden State Warriors
En segunda posición tenemos al pívot James Wiseman, drafteado por Golden State. Los de San Francisco obtienen un pívot necesario para el equipo. A pesar de jugar sólo tres partidos en la Universidad de Memphis, Wiseman promedió 19,7 puntos y 10,3 rebotes. Una lesión en el hombro, una sanción por aceptar dinero para mudarse a Memphis y la crisis del coronavirus han mermado la temporada de la joven promesa. Entre sus fortalezas destaca su envergadura y su actitud defensiva.
Los Warriors refuerzan su juego interior, donde Wiseman puede complementarse con Draymond Green para formar una dupla dominante en la pintura. La noche del Draft nos dejó una mala noticia: la lesión de Klay Thompson. Se habla de una rotura del tendón de Aquiles. De ser así peligra su participación por segunda temporada consecutiva.
Pick 3: LaMelo Ball – Charlotte Hornets
El jugador más mediático del Draft se tuvo que conformar con el tercer puesto. Muchos expertos daban por hecho que sería el #1, pero finalmente se hace con sus servicios la franquicia de Carolina del Norte. El base, precedido por su apellido, se ha ganado un nombre entre las jóvenes promesas de este deporte. Su hermano, Lonzo Ball, fue drafteado por Los Ángeles Lakers en 2017 con el segundo pick. Se convierten así en los primeros hermanos que son drafteados entre los 5 primeros puestos. LaMelo es un jugador prometedor, pero también polémico (no extraña siendo su padre LaVar Ball), y llegó a decirse que no había causado buenas impresiones en las entrevistas con los equipos.
El propietario del equipo, Michael Jordan, dio el visto bueno en la tarde del Draft. En Charlotte compartirá vestuario con el español Willy Hernangómez. Se disputará la posición de base con Devonte Graham y Terry Rozier. LaMelo Ball lo tiene todo para triunfar en la NBA, pero si toma las decisiones equivocadas puede acabar estrellándose.