Tras una temporada atípica, por fin llega la esperada final de la NBA, que enfrentará a Los Ángeles Lakers y a Miami Heat, un duelo prometedor entre dos grandes franquicias que ya saben qué significa ganar el Trofeo Larry O’Brien y que tendrá como protagonista a Lebron James. 

El Rey llega a su primera final en la Conferencia Oeste y se enfrenta al equipo con el que ganó dos anillos en 2012 y 2013. Sin duda una cita especial en la que los sentimientos estarán a flor de piel, sobre todo recordando a Kobe.

Los Lakers llegan a la final con doce victorias y tres derrotas en Playoffs. Empezaron con dudas tras perder el primer partido con Portland, pero a partir del “game 2” la franquicia angelina demostró por qué es el mejor equipo del salvaje oeste. La dupla LeBron-Davis ha sido determinante en esta etapa, aunque también han aparecido jugadores como Caruso, que ha mejorado mucho su nivel. Es una plantilla completa, lo tiene todo para ganar.

Tras vencer a los Blazers, Houston se planteaba como un duro adversario, pero el cansancio y el bajo rendimiento de los texanos pusieron las cosas fáciles a los de LeBron. En la Final de Conferencia, donde se esperaba el derbi angelino, los Nuggets irrumpieron con fuerza pero no lograron remontar esta vez el 3-1.

Por otra parte Miami ha sido la gran sorpresa de estos Playoffs. Tras acabar quintos en la temporada regular, los de Erik Spoelstra han logrado llegar a la final barriendo a Indiana, dando la campanada contra los Bucks de Antetokounmpo y batiendo a Boston en la Final de la Conferencia.

Son muchas las claves de estos Heat, empezando por un Jimmy Butler superlativo que, finalmente, ha logrado dar con su mejor nivel; también Adebayo, siendo decisivo con jugadas como el tapón a Jayson Tatum en el “game 1” para evitar la prórroga en el primer partido de la serie ante los Celtics. Pero hay un nombre que ha aparecido en un momento clave:Tyler Herro. El joven rookie está promediando unas cifras dignas de un jugador veterano y está mostrando un nivel de juego muy maduro. También hay que mencionar a Iguodala, que llega a su sexta final de la NBA de forma consecutiva.

El buen baloncesto está asegurado en estas Finales, pero más allá de lo estrictamente deportivo el valor sentimental es crucial. LeBron llega a su décima final (más que 27 franquicias) enfrentándose al equipo que le hizo llegar a lo más alto en la NBA, y tiene por delante el desafío de ganar el anillo y así honrar la memoria de Kobe Bryant, siempre presente en cada momento de esta temporada.

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