Lo de ayer se veía venir. Nadie daba un duro por el Barça ni tan siquiera para pelear por esta Champions, por motivos obvios. El equipo blaugrana ha tocado fondo, no solo en lo deportivo, sino como entidad. El Bayern tan solo fue la gota que colmó el vaso. La señal de que se ha acabado un ciclo, y ya veremos quién empieza el siguiente.

El conjunto bávaro salió desde el primer momento a comerse al Barça. Conscientes del pésimo estado físico de los blaugranas, ejerció una presión asfixiante que mató a los culés. Es cierto que con empate a uno el Barça tuvo un par de ocasiones claras que desaprovechó, pero es mini tramo de diez minutos fue tan solo un espejismo. El Bayern se puso en modo apisonadora y los goles del conjunto de Flick empezaron a caer al ritmo del Alemania-Brasil, una réplica de lo de ayer.

Manolo Lama ya nos lo advertía en su entrevista para ELXIIDEAL: «El Barça es un desastre en defensa» y «son un equipo viejo», fueron sus palabras. Lo decía muy en serio, y ayer se vio. Con esta debacle queda sobradamente demostrada la gestión suicida de la actual directiva, a la que ya solo le queda adelantar las elecciones si no quieren empeorar aún más las cosas. 

Capítulo aparte es el papel de Setién, muy castigado sobre el campo: el Barça es un equipo roto, sin preparación táctica, y mucho menos física. Me pregunto qué tipo de entrenamientos han hecho durante el confinamiento, porque creo que los «rondos virtuales» no eran posibles. El resultado, jugadores arrastrándose por el campo. Para echarse a un lado. 

Por último, la plantilla necesita una profunda renovación, muchos ya no están para jugar en el Barça. Lo advirtió precisamente Piqué, poniéndose a disposición del club para echarse a un lado, cuando él es el que más tira del carro después de Messi. «Tomaremos decisiones en las próximas semanas», dijo Bartomeu. Que se lo hagan mirar, porque ayer Thiago jugaba de titular en el rival, con una exhibición, y Coutinho, un jugador por el que pagaron 120 millones, cedido en el Bayern, les enchufó dos goles. Vergüenza es poco. 

Después de la contundente victoria de ayer, el Bayern queda reafirmado como uno de los favoritos a llevarse la orejona. Conjunto muy trabajado el de Flick, justo lo contrario que el de Setién: rigor táctico, presión elevada, jugadores con hambre y como motos, buenas triangulaciones, transiciones rápidas, gol muy repartido… Lo tienen todo. Semedo todavía está buscando a Daves por la banda. Arturo Vidal redondeó la previa diciendo que «el Bayern no se enfrentaba a un equipo de la Bundesliga». Y no le faltaba razón, porque dudo que el Barça de ayer tenga el nivel para jugar en la Bundesliga. 

La bomba ya ha explotado. Ahora hay que reconstruir todo. El baño de realidad debe servir para algo, porque si no vendrán muchos más. 

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