Ganó el equipo más completo. La apisonadora alemana cierra un año de ensueño con el segundo triplete de su historia y una nueva noche para el recuerdo. Su sexta Champions en un año atípico, pero una orejona al fin y al cabo. Los de Flick demostraron estar curtidos en mil batallas como esta, y le hicieron pagar la novatada al PSG. A los petrodólares les faltó un último pasito, pero progresan adecuadamente.
El PSG volvió a acusar la baja de Verratti en el centro del campo, su sector más débil. Les cuesta elaborar, así que la consigna era clara: cerrar espacios interiores y forzar al Bayern a jugar por banda, donde los franceses ejercieron una presión muy intensa que provocó muchas pérdidas en el cuadro de Flick. El Bayern no estuvo nada cómodo en la primera parte.
Marquinhos y Ander Herrera brillaron en estas tareas, que completaban con envíos en largo al costado derecho buscando la espalda de Kimmich para explotar la velocidad de Mbappé. Le encontraron varias veces, pero ni él ni Neymar demostraron lo que valen de cara a gol. Contra el Bayern tienes que matar, y a los dos se le agrandó Neuer en boca de gol. Estaba claro que acabarían pagándolo.
El conjunto de Tuchel bajó físicamente en la segunda mitad y aparecieron los espacios por dentro que tanto buscaba el Bayern. Thiago tomó la batuta y comenzó el festín: los bávaros se instalaron en campo contrario y fueron desgastando al PSG en circulación hasta sacar de sitio a Thiago Silva y poner un centro perfecto de Kimmich que Coman cabeceó al fondo de la red. La propiedad de Nasser Al-Khelaïfi lleva más de un billón de euros invertidos para este momento y el que se lo arrebata es un jugador de su cantera que dejaron escapar. A veces lo mejor lo tenemos en casa y no nos damos cuenta.
A partir de entonces Flick quiso defender con la pelota y metió a Perisic y Coutinho para ir anestesiando al PSG poco a poco. A los franceses no les quedó otra que, al igual que el resto del torneo, buscar contras y ejercer un juego directo con balones en largo en busca de sus estrellas para que ellos apagasen el fugo, pero ayer las individualidades no fueron suficientes. El plantel de Tuchel pecó de inexperiencia los últimos diez minutos, muy mal gestionados, presos de su ansiedad, y el partido murió poco a poco hasta el triunfo alemán. Ganó el equipo, el más regular durante toda la competición. El Bayern ya tiene su sexta orejona y el PSG muere en la orilla.