El Sevilla no falló a su cita con la Europa League y sigue siendo el rey de la competición europea. Los hispalenses derrotaron al Inter de Milán (3-2) en un partido digno de final, lleno de emoción, intensidad y goles.
El encuentro no empezó bien para el campeón, ya que a los cinco minutos de partido Diego Carlos cometió un penalti sobre Lukaku en una jugada en la que el brasileño se durmió. El belga puso el 0-1 y el Sevilla hizo honor al «dicen que nunca se rinde», y fruto de ello nació el tanto de Luuk de Jong en un remate impecable tras un centro de Jesús Navas, que sigue demostrando un nivel altísimo. La remontada llegó con otro cabezazo de de Jong, esta vez a pase de Banega, que jugó su último partido con la camiseta del Sevilla. La alegría duró poco, porque Godín puso el empate en la siguiente jugada con un remate de cabeza.
No faltó la polémica: los italianos reclamaron una mano de Diego Carlos que, incomprensiblemente, el VAR no revisó. El partido se volvía bronco en algunos instantes, y es que el juego del Inter se basaba en interrupciones del juego para que el Sevilla no encontrase el ritmo. Tras el descanso el encuentro se calmó. Lukaku perdonó el 2-3 en un mano a mano en el que Bono se creció. Fue en el minuto 75 cuando el 3-2 definitivo subió al marcador tras una chilena de Diego Carlos que terminó desviando Lukaku hacia su propia portería. Koundé también brilló en una jugada en la que evitó el empate despejando un balón bajo palos. Victoria luchada y merecida del campeón.
Fue una noche de nombres propios: Lukaku, de héroe a villano; Jesús Navas, incansable; Diego Carlos, redentor… Pero hay un nombre que destaca sobre los demás: Julen Lopetegui. Las lágrimas del técnico al acabar el encuentro son lágrimas de emoción, por todo lo que ha pasado, por todo lo que ha sufrido. Este título es de Monchi también, que confió en Julen después de que su nombre estuviese en lo más bajo. También es un título dedicado a aquellos que ya no están, a Puerta, Reyes, Biri Biri…
Sin duda han sido justos vencedores de este campeonato, en el que se han sobrepuesto en los momentos más difíciles como un equipo, como una gran familia. «La Giralda presume orgullosa de ver al Sevilla en el Sánchez Pizjuán».