El reciente parón de selecciones ha provocado, otra vez, que LaLiga sea el único campeonato doméstico con partidos aplazados. Ninguna de las grandes ligas, también afectadas por las fechas internacionales, ha tomado esta decisión tan controvertida.
Si en la ocasión anterior se tomó en beneficio de FC Barcelona, Sevilla y Villarreal; ahora se centra en dar descanso a Atlético y Real Madrid. Pero, ¿por qué sólo se aplica esta medida en dos encuentros? Al parecer, LaLiga únicamente considera «justo» modificar el calendario por aquellos clubes que juegan Champions los martes
¿Y qué ocurre con el resto de equipos con jugadores internacionales? Toca aguantarse. Simplemente existen dos opciones: que jueguen o que no lo hagan. Lo primero conlleva riesgos para el jugador; lo segundo, en la mayoría de los casos, un detrimento deportivo para el equipo.
De ahí que, tras el revuelo de la última vez, el resto de los mortales se hayan hartado y hayan mostrado su descontento. De acuerdo o no, este tipo de decisiones discriminatorias adulteran el curso de la competición.
Hay muchos equipos que se juegan la vida cada semana y sus piezas claves se reincorporan un día antes del partido con un excesivo cansancio acumulado. Nadie debería juzgar qué futbolistas/clubes son más importantes, pero estas resoluciones dejan en evidencia a LaLiga.
Por ejemplo, Falcao, protagonista absoluto en el arranque del Rayo Vallecano; se reincorpora a la disciplina para sólo un entrenamiento antes de enfrentarse al Elche. Lo mismo sucede con Tomás Alarcón, que llegará a España el sábado y el lunes viaja a Barcelona. Sin embargo, el Granada no tendrá ese problema con Darwin Machís al aplazarse su partido ante el Atlético.
Mismas situaciones, diferentes condiciones. Si esto se considera justo, apaga y vámonos. Asimismo, reitero que las demás ligas europeas han mantenido la jornada establecida desde un primer momento.
La cantidad abusiva de fechas por parte de la UEFA y Conmebol y el virus FIFA los sufren todos los clubes. Ofrecer soluciones ventajosas a unos pocos privilegiados demuestra cobardía y egoísmo.
O todos o ninguno.
Imagen principal: Selección de fútbol de Chile.