Liverpool y Atlético se jugaban seguir vivos en la máxima competición europea en el partido más importante de la temporada, en el templo de Anfield , con la típica gélida noche inglesa y el mítico «You´ll Never Walk Alone» de fondo.

Y el partido comenzó con el guión esperado, el Liverpool instalado en campo contrario ante la necesidad de revertir el marcador adverso, pero con un Atlético sólido y sin conceder ninguna fisura en defensa. De esta forma, al Liverpool no le quedaba más remedio que armarse de paciencia e intentar atacar por el sector más vulnerable del Atlético, los laterales.

No obstante, el equipo del Cholo achicaba aguas atrás mientras el ritmo aumentaba con el paso de los minutos, Oblak sostenía en pie a su equipo y Savic y Felipe despejaban el constante bombardeo al área del Liverpool, pero la muralla se derrumbó justo antes del descanso. Chamberlain puso un centro perfecto desde el costado izquierdo y Wijnaldum cabeceó al fondo de la red. 1-0, eliminatoria empatada y cuarenta y cinco minutos trepidantes por delante.

El segundo tiempo siguió la misma tónica, con un Liverpool volcado sobre el marco de Oblak y un Atlético que aguantaba como podía. Equipo ¨box to box¨, pura verticalidad los de Klopp. El Cholo vio que los suyos pasaban por el peor momento y dio entrada a Marcos Llorente por Diego Costa para fortalecer el centro del campo y destinar todas sus suertes en ataque a Joao Félix. Este cambio terminó siendo crucial en el resultado final. Mientras tanto, Oblak continuaba con su habitual recital de paradas para mantener vivo al Atlético.

Anfield rugía y una pérdida de Koke terminó en un cabezazo en boca de gol de Robertson que se estrelló en el larguero. Ejercicio de supervivencia extrema, el Atlético está acostumbrado. El equipo del Cholo tuvo la última bala del tiempo reglamentario con un gol de Saúl en la última jugada del partido, pero fue anulado por fuera de juego.

Partido a la prórroga, y Firmino puso el 2-0 nada más empezar el tiempo extra, ahora el Liverpool estaba dentro. Sin embargo, el Atlético, que nunca deja de creer, encontró su gol salvador tan solo tres minutos después y se volvía a meter en cuartos de manera momentánea gracias al tanto de Marcos Llorente, que definió la asistencia de Joao Félix tras recoger un mal pase de Adrián al borde del área.

Y el Atlético creció a raíz del gol mientras el Liverpool se diluyó con el mazazo. La cosa no quedó ahí, pues Llorente volvió a marcar en un contragolpe y puso el 2-2 para darle un colchón de dos goles a su equipo con quince minutos por delante. Los del Cholo anestesiaron el partido y Morata puso la guinda al pastel para que su equipo remontase el partido y certificase el pase a cuartos. Coraje y corazón del Atlético en una noche épica en Anfield. 

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