Lauri Markkanen estará en el All-Star por primera vez. El finlandés llegaba a Utah Jazz en lo que parecía una reconstrucción total de la franquicia. Para sorpresa de todos, el rumbo del equipo y del propio Markkanen es más prometedor de lo esperado.
De la mano del entrenador Will Hardy, los Jazz asombran por su rápida reestructuración cuando el objetivo parecía hacer tanking y empezar de cero. Este mismo verano se deshicieron de sus dos estrellas, Donovan Mitchell y Rudy Gobert. La jerarquía de poderes no parecía funcionar y a pesar de firmar buenos balances en temporada regular, todo se venía abajo cuando llegaba la hora de competir en Play-off.

Otros roles dentro de la plantilla también han tenido que cambiar, como es el caso de Jordan Clarkson. El base ha ganado importancia como titular de este equipo y asume más balón que en anteriores años.

La reconstrucción sigue en marcha, aunque a pasos más grandes de lo esperado. Los Jazz poseen piezas de intercambio muy interesantes en el mercado, como el ya veterano Mike Conley, el prometedor Vanderbilt o Beasley. Actualmente no deben tener un objetivo marcado, simplemente mejorar y seguir encontrando piezas que terminen de dar forma a una plantilla renovada. La competitividad llegará con el tiempo.

Actualmente los Jazz se sitúan en posiciones de Play-In con un balance de 27 victorias y 27 derrotas. Markkanen, llegado de Cleveland, ha emergido como el líder de este equipo y está firmando sus mejores números desde que llegó a la NBA en 2017. Promedia 24.9 puntos, 8.7 rebotes y 1.7 asistencias.

El ala-pívot está en un gran estado de forma tras no terminar de explotar en Chicago y Cleveland. Los Jazz han dado con la tecla y Markkanen ha explotado, demostrando una gran confianza y agresividad en ataque. El All-Star es la recompensa por ello.
Imagen principal: @utahjazz.