El Barça de Xavi es un proyecto a largo plazo, de eso no cabe duda. Pese a las muchas críticas que ha recibido el técnico catalán y a la gran cantidad de dinero invertida en este proyecto, los culés deben tener paciencia. Este nuevo Barça es muy joven e inexperto, basado en jugadores con muy poco rodaje en la élite del fútbol, lo que hace que necesiten un líder sobre el césped que les oriente en aquellas situaciones en las que el equipo pierde el rumbo. Y esta descripción casa perfectamente con el nombre de Leo Messi.

Teniendo en cuenta este factor, el fichaje del argentino es prácticamente una obligación para los culés. Joan Laporta y su junta directiva tienen la posibilidad de traer de vuelta a casa al mejor jugador de todos los tiempos, arreglando su historia con el club, y ofreciéndole a Xavi Hernández la joya de la corona de su proyecto.

Lógicamente, el papel del rosarino ya no sería el mismo que cuando se fue. Messi ya no sería ese extremo que caía al centro del campo para iniciar una jugada que él mismo cerraba, sino que su tarea estaría más centrada en la creación de juego y en aportar ese último pase que le falta muchas veces al FC Barcelona para matar los partidos.

El argumento de la edad queda obsoleto después de esta temporada, ya que Messi ha demostrado seguir a un gran nivel. En un PSG muerto colectivamente que depende de las individualidades de sus estrellas, el siete veces balón de oro ha anotado 20 goles y asistido 19 veces en 37 partidos, lo que hace un total de 39 aportaciones de gol en 37 encuentros.
Para los que dicen que está acabado, el dato de que sólo tiene cinco aportaciones de gol menos que su compañero Kylian Mbappé, para muchos, el actual mejor jugador del mundo, no les debe sentar muy bien, pero es la realidad.

Rechazar el fichaje de Leo debería ser considerado un antónimo de cordura para el FC Barcelona, se mire por donde se mire. En lo económico, el jugador llegaría libre tras terminar su contrato con el París Saint-Germain, aceptaría un salario acorde a la economía culé y generaría muchísimo dinero procedente de los patrocinadores.

En lo deportivo, Leo Messi es un líder nato, algo que demostró con su país en el Mundial de Qatar, y aportaría esa visión de juego y experiencia que muchas veces le falta a los azulgranas.
Por último, en lo emocional, el mejor jugador de la historia y el club donde surgió cerrarían un ciclo que nunca debió alterarse.
Imagen principal: @FCBarcelona