Con Joaquín nos enfrentamos a una dualidad muy pocas veces vista en el mundo del deporte: por un lado el futbolista y por el otro el showman. Mucha gente conoce más las historias de su fallido fichaje en el Madrid que casi termina con él en Albacete o el mítico «no he cogido una raqueta en mi vida Hulio» que su faceta como futbolista.

Desde esa entrevista con Julio Baptista a su lado han pasado ya 12 años y el de El Puerto de Santa María aún continúa en nuestra vida como futbolista de primera división. Aún así, parece correcto afirmar que Joaquín será el futbolista que no se convierte en entrenador tras su retirada, sino que preferirá participar y presentar los programas de televisión.

No obstante, hay una cosa que no debemos dejar de lado, y es que mientras que a muchos se les iría la cabeza con esa fama, el extremo nunca ha olvidado que ante todo debe rendir en el campo.

Yo no tuve la oportunidad de disfrutar a ese jugador que comenzó su carrera en el año 2000 en su amado Betis, pero investigando un poco pasas a ser consciente de lo diferente que era sobre el césped. Joaquín era ese jugador que culebreaba sobre el campo, ese extremo a pierna natural que en el fútbol actual parece inexistente, un encarador que destruía a sus rivales con sus cambios de ritmo. En el fútbol moderno, ¿cuánto valdría el Joaquín que en 2006 ficha por 25 millones por el Valencia?

Mis primeros recuerdos de Joaquín son en ese mismo club, en el Valencia. Pero los recuerdos no se centran en ningún partido concreto, sino que se basan en las partidas rápidas contra mi hermano en la PlayStation 2.

En esa época ya me gustaba el fútbol «antiguo» (entended que para mí fuese antiguo lo anterior a mi nacimiento), por lo que Joaquín únicamente me resultaba reconocible por la mítica jugada del robo frente a Corea del Sur en el Mundial 2002. Joaquín era un ente ajeno al que veía en algunos partidos emitidos en abierto o con el que le daba asistencias a Villa y a Vicente en el Pes 2008.

En el verano de 2011 Joaquín firma por el Málaga y ahí empieza a llamarme la atención. Ese Euro-Málaga era la historia que enamora a cualquier niño, y a mí, cómo no iba a ser menos, me conquistó. Había conectado tanto con ese equipo con Cazorla, Baptista, Van Nistelrooy, Toulalan  o Joaquín, que tras su marcha a la Fiorentina, para mi mente Joaquín se asociaba al Málaga, no al Betis. Ese Málaga fue el clásico primer amor que siempre deja marcado.

La vuelta a casa de Joaquín:

Con el paso de los años iba entendiendo lo que suponía el extremo para la afición de Heliópolis, pero pasé a ser consciente el día de su presentación. 20.000 personas recibían a un Joaquín que regresaba al Betis con 34 años. Para muchos parecía vislumbrarse como la clásica vuelta del hijo pródigo que regresa a casa para terminar su carrera donde la empezó, pero nada más lejos de la realidad, la vuelta de Joaquín no fue para retirarse.

Para ser consciente del nivel que presentó desde su llegada: desde la temporada 2015-2016 (el primer año de su segunda etapa) hasta la 2019-2020 aumentó año a año su número de goles marcados. Además, con 39 años logró la segunda cifra goleadora más alta de su carrera, algo impensable en la mayoría de futbolistas que están retirados a esa edad.

Cada año existía el runrún con su retirada, pero él seguía reciclándose y adaptándose a sus características físicas pasando de ser ese extremo encarador, a un jugador que llegó a actuar por posiciones más interiores para compensar esa pérdida de velocidad.

Quizás desaprovechó la oportunidad de oro para dejar el fútbol en su pico más alto logrando esa Copa del Rey como capitán en el 2022 que significaba aún más que las dos que había conseguido anteriormente (2005 con el Betis y 2008 con el Valencia), pero ¿quiénes somos nosotros para opinar sobre su retirada? Joaquín se había ganado el derecho a retirarse cuando él sintiese que no daba más y si creía que podía continuar otro año nadie le podía negar ese derecho.

Se destaca mucho su faceta fuera del campo, pero debería resaltarse en la misma medida el excelso competidor que tienes que ser para llegar a jugar hasta los 42 años. Joaquín ya es el segundo jugador con más partidos de LaLiga (621) y podrá igualar el récord de 622 encuentros de Andoni Zubizarreta esta noche ante el Valencia.

Joaquín representa el ciclo de la vida: creces con tu familia, te independizas tras tener algunas discusiones con ellos y vuelves a acercarte cuando sientes que no os queda mucho tiempo juntos.

Su retirada supone el adiós a la finta y el sprint, pero nunca se podrá ir de la memoria de todos los béticos porque Joaquín es (y será) eterno».

Imagen principal: Edit José Manuel Calviño.


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