Se queda, pero porque no se pudo ir. Probablemente esta será la última temporada de Leo Messi como jugador del Barcelona tras el culebrón del verano. De ser así podríamos rememorar el The Last Dance de aquellos míticos Bulls de Michael Jordan, pero esta vez con el astro argentino como protagonista. Ahora sería El Último Baile, o más bien El Último Tango de Messi.
The Last Dance fue el salvavidas para los amantes del deporte durante la cuarentena. El popular documental enseñó el corazón de una franquicia legendaria, los Chicago Bulls de los 90, liderados por Michael Jordan. Jerry Krause, el arquitecto de aquel equipo, quiso poner fin a su proyecto de forma prematura deshaciéndose de Phil Jackson. Lo que no esperaba es que el vestuario respaldase a su entrenador hasta tal punto de lanzar un ultimátum amenazando con marcharse junto a él, por lo que el dueño accedió a contar con Jackson una última temporada y reestructurar la plantilla cuando esta acabase. Aquel equipo se enfrentaba a un gran reto: sabían que era la última temporada juntos, El Último Baile.
Veintitrés años después la historia puede repetirse en el FC Barcelona. Tras una temporada nefasta y una larga sequía en Europa, Messi dio un paso que nadie se esperaba: anunció su intención de marcharse, teniendo a la afición en vilo y dejando al descubierto las carencias de una directiva a la deriva. Pero esta marcha se vio frustrada en los despachos, donde la cláusula de rescisión fue el gran debate. Bartomeu se aferraba a la fecha de la discordia, el diez de junio; Messi, a la excepcionalidad de la situación debido al “virus de mierda”, como él lo llamó. De momento se queda, sí; ¿Pero hasta cuándo?
@Manuel_Aguayo11.
Si Jerry Krause era el obstáculo en los Bulls, Bartomeu lo es en el Barça. Los dos altos mandos antepusieron la entidad frente a la estrella. En el deporte, como en la vida, siempre hay alguien por encima, incluso si te apellidas Jordan o Messi.
Mientras que Michael Jordan culminó un proyecto ganador, Messi no sabe si “se van a seguir haciendo malabares y tapando agujeros”. Aquellos Bulls eran un equipo consagrado; este Barça sigue anclado con jugadores en decadencia, esperando que sea Messi el que tire del carro.
Los Bulls terminaron por todo lo alto consiguiendo el sexto campeonato, pero desde entonces la franquicia vive en una constante reconstrucción. En el Barcelona también urge una renovación que se resisten a hacer. Con Koeman al mando y las elecciones en marzo, ¿cambiará el rumbo de este Barça con Messi al frente?