El Real Madrid logra su tercera victoria liguera. Esta vez Zidane volvió al 4-3-3 y dejó a un lado los 4-4-2 que usó contra el Betis y el Valladolid. Hoy el francés optó por Asensio y Vinicius para acompañar a Benzema en ataque. Parece ser que esta estrategia es más efectiva que las anteriores, pero no es oro todo lo que reluce. Vamos allá.

El tanto de Vinicius fue una representación de lo que sería la primera mitad. El joven brasileño se quedó solo en un córner y disparó a placer. Desastrosa la defensa granota, que fue espectadora de lujo del gol. Por otra parte hay que mencionar el gran trabajo del centro del campo formado por Modric, Valverde y Casemiro, que mermó los intentos de los valencianos de acercarse al área merengue.

La segunda mitad empezó con un asedio madridista que, sorprendentemente, no supuso ningún tanto para los visitantes. Benzema al palo, Vinicius fallando una vaselina fácil… Era desesperante ver tantos errores seguidos. El VAR anuló un gol de cabeza a Sergio Ramos por fuera de juego. La jugada se revisó durante unos minutos que se hicieron eternos, pero el sevillano estaba adelantado por milímetros. Y llegó el turno de Courtois. El belga demostró un grandísimo nivel y atajó las numerosas oportunidades granotas de empatar. Sin duda uno de los hombres del partido. El gol de Benzema en el 94 sirvió para rematar el partido.

En efecto, el Madrid sigue invicto y de momento líder, pero vuelven los fantasmas del pasado. El trabajo del centro del campo tiene que complementarse con una delantera que marque goles, porque estos, si llegan, lo hacen con gran dificultad. El tanto de Vinicius fue más demérito de la defensa local y el de Benzema fue una contra a bocajarro en el 94. Es un Real Madrid con luces, pero también con sombras que Zizou debe controlar si quieren repetir el título.

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