Continúa el regreso de La Liga a un ritmo frenético. La jornada vigesimonovena de la máxima categoría española nos ofrecía un duelo andaluz entre el Real Betis Balompié y el Granada. Los verdiblancos llegan tocados tras perder el derbi contra el Sevilla, partido en el que fueron inferiores en todos los aspectos a su rival y dieron una mala imagen a su afición. Por otra parte, el conjunto nazarí llega especialmente motivado por la remontada ante el Getafe y con ganas de dar un golpe sobre la mesa en la disputa por los puestos europeos.
Ambos equipos presentaron un once titular con muchas rotaciones. El juego de los locales era más organizado, con más toque, pero sin llegada a portería. El Granada avisó con un disparo de Puertas que paró Joel con una gran parada en el minuto 9. La estrategia del Granada era clara: mantener el juego en su campo y ceder el balón al rival para aprovechar los fallos y salir a la contra. Seguía el asedio bético a la muralla nazarí, y cuando parecía que el gol de los verdiblancos iba a llegar, Carlos Fernández culminó un impecable contraataque rematando un pase de Puertas en el minuto 30. El partido siguió la misma dinámica, y en el descuento Fekir estuvo a punto de lograr el empate, pero una magnífica estirada de Rui Silva lo evitó.
La segunda parte siguió el ritmo de la anterior. El Granada se aferraba al gol, retrasando su posición y perdiendo tiempo cuando podía. El partido se vuelve bronco por momentos. Incluso Diego González fue amonestado. Ambos conjuntos realizaron sustituciones para cambiar la dinámica, pero el marcador no se movió hasta el minuto 83, cuando Vallejo agarró incomprensiblemente a Borja Iglesias, un grave error que supuso un penalti en contra del equipo granadino. Canales fue el encargado de trasformar la pena máxima, con un disparo potente e imposible para Rui Silva. El Granada se relajó, lo que le costó el segundo gol bético en el minuto 88. Cristian Tello colocó un centro que terminó envenenándose y acabó dentro, sin que el guardameta rival pudiese hacer nada. La remontada bética era ya una realidad, pero en el tiempo de descuento Roberto Soldado remató desmarcado una volea a la esquina inferior izquierda de la portería, impidiendo así que los locales se llevasen los 3 puntos.
Un final agónico que deja a Rubi contra las cuerdas. El Granada se marcha contento tras sumar en un partido importante. Una lástima para aquellos aficionados que se hayan perdido los minutos finales del partido. Como dijo Miguel Ángel Román “Qué bonito es el fútbol cuando se vuelve loco”.