La estampa que deja San Mamés vació es desoladora. El Athletic perdió su rugido y estaba herido. El ambiente que se respiraba en ‘La Catedral’ estaba repleto de dudas y necesidad. Garitano llegaba al encuentro sabedor de la importancia de obtener algo positivo. Enfrente, el Sevilla. El conjunto de Julen Lopetegui, que logró su primera victoria en Champions el miércoles, también tenía la necesidad de mejorar los resultados en liga, tras las derrotas con Granada y Eibar.
Si la imagen de San Mamés sin aliento es triste, el juego del Athletic en la primera mitad estuvo en la misma línea. Solo un inicio poco habitual de ida y vuelta mantuvo el encuentro igualado durante ocho minutos. El gol de En-Nesyri cambió el transcurso del partido hacia el dominio del Sevilla.
Daba la sensación de ser el Athletic el equipo que venía de jugar competición europea. La presión de los rojiblancos era nula y eso permitía a los de Julen Lopetegui disponer de tiempo para tomar la decisión óptima. Así ocurrió el gol: desborda Acuña, nadie presiona a Joan Jordán, que ejecuta el pase interior al argentino, y el lateral, libre de marca, cede atrás para la definición del delantero marroquí. Además, la ofensiva de los de Garitano permanecía ahogada en los centros laterales sin rematador; incapaces de encadenar tres pases consecutivos.
Cambio de mentalidad al descanso:
Tras pasar por los vestuarios, todo apuntaba a una segunda parte similar a la primera. El Sevilla siguió aprovechando los espacios por banda ante la falta de ayudas defensivas en el Athletic. Los errores de En-Nesyri y De Jong salvaron a los leones del segundo. Sin embargo, el guion cambiaría pasada la hora de juego. Ahora sí, las piernas empezaban a pesar en los jugadores del conjunto hispalense y se observaban síntomas de cansancio. Batería de sustituciones en el Athletic: Villalibre, Unai López, Muniain y Mikel Vesga tenían la misión de revertir la situación.
Llegó el arreón final:
El Sevilla cedió el balón y dejó de proyectarse con profundidad. Esto supuso un respiro para el Athletic, que comenzó a asomarse con mayor peligro a la portería de Bounou. No fue de un centro lateral, pero sí a balón parado. Saque de esquina, Vesga peinó al primer palo y Muniain culminó en el segundo. La entrada del pamplonés aportó desequilibrio, y causó desorden en la zaga del Sevilla. Los intereses del conjunto de Lopetegui se reducían al empate. No obstante, después de unos primeros 45′ bien trabajados de los andaluces, el Athletic finalizó la remontada por medio del último cambio: Oihan Sancet. Volea del ‘lince’ tras el centro de Iñaki Williams.
Surgieron efecto los cambios de Gaizka Garitano. El Athletic ajustició al Sevilla, y el técnico bilbaíno respira. El conjunto de Nervión acusó el cansancio y se mete en una posición comprometida. Tercera derrota consecutiva en liga.