Si algo ha demostrado Ousmane Dembélé desde su llegada al FC Barcelona es mucha calidad y dribbling (en pocas ocasiones por sus continuas ausencias) y poca profesionalidad, desprecio, falta de disciplina y egoísmo. Si tenemos en cuenta su forma de jugar en el campo y su actitud a la hora de encarar las negociaciones de renovación, creo que podemos coincidir plenamente en un sustantivo que simboliza lo que el francés lleva a la práctica dentro y fuera del campo: el engaño.
Dembélé ha sido durante toda su etapa blaugrana un futbolista caótico y extremadamente individualista. Llegó con un precio desorbitado en el verano del desastre tras la salida de Neymar y le quisieron colgar un cartel de crack mundial que en sus cuatro temporadas en el Barça solo ha demostrado en encuentros aislados y no precisamente decisivos en los que la continuidad sobre el verde ha brillado por su ausencia.
Ha sido un jugador que apenas ha disputado el 51,4% de los partidos con la camiseta del Barça (126 encuentros de 245 posibles) en los que tan solo ha anotado 30 goles y repartido 22 asistencias. Es el hombre que, mientras las arcas del Barcelona se arruinaban por la gestión negligente del club, nunca ha dejado de ingresar a pesar de su escasa contribución.
Ni la llegada de Xavi, a pesar de la plena confianza depositada en Dembélé como jugador franquicia del club, ni las intenciones del francés mostradas al cuerpo técnico en las que manifestaba su deseo por renovar, han ido en línea con las excesivas pretensiones económicas que sus representantes han exigido después a los dirigentes, las cuales hoy son inasumibles por la entidad.
El contrato de Dembélé termina en junio y el jugador ya es libre para negociar. Por delante se abre un escenario en el que el Barça debería ponerle a la venta en este mercado de invierno para no quedarse a cero en verano. Lo positivo para el club, la incorporación de Ferran y el alto compromiso mostrado por Abde para triunfar de azulgrana.
Dembélé, maestro del engaño, ha preferido ser un auténtico desagradecido.
Imagen principal: Twitter @FCBarcelona_es.