El 10 de julio de 2018, hace cuatro años, todo cambió. Otro verano más el culebrón está servido. El nombre del mayor goleador de la historia se sitúa desesperadamente en la órbita de los grandes clubes europeos. Cristiano Ronaldo y su representante, Jorge Mendes, quizá son las personas más privilegiadas de la industria futbolística; sin embargo, cuando las cosas se tuercen a nivel deportivo las prisas corren por encontrar un proyecto acorde a lo que genera el portugués.

Esto ha ocurrido durante dos temporadas consecutivas. Hace un año, ante la falta de fiabilidad de una Juventus que puso fin a su hegemonía en Italia, Cristiano regresó a Manchester para, principalmente, disputar la Champions. No obstante, no lo hizo sin antes tantear otras opciones o, más bien, ser ofrecido y rechazado por clubes con mayores objetivos.

La realidad es que, más allá de la comodidad que el delantero encuentra en Manchester, el reto que aceptaba con el United era mayúsculo, sobre todo a su edad. No existen dudas en torno al animal competitivo que es Cristiano, pero a estas alturas de la película ya no depende de sí mismo y sí de los complementos correctos: futbolistas e idea de juego.

Pese a ello, aún ha cerrado un nuevo curso con cifras realmente buenas en el apartado individual y, además, el United casi cumple su único propósito del año: clasificar a Champions. El declive final en Old Trafford lo evitó.

A medida que el desenlace se acercaba, el rostro del luso vislumbraba lo que ahora ocurre y lo que se avecina hasta septiembre. Puede que su cierre de ciclo con «La Vecchia Signora» suscitara menos dudas, pero cualquier entidad dispuesta a contratar a Cristiano sabe que la Champions League es requisito indispensable.

Tanto la competición como el propio futbolista se necesitan. Ganador de cinco títulos y, todavía más importante para él, propietario de prácticamente todos los récords; Cristiano no es sólo uno de los mejores jugadores de la historia, sino también una marca; la gran marca. Cristiano Ronaldo «hace de oro» lo que rodea; y sí, entrecomillas, porque existen ineptos incapaces de aprovecharlo.

Actualmente, en un contexto post crisis económica y ante la inflación del mercado, los clubes han aumentado el interés por el rédito financiero y en esto el delantero portugués es el rey. Por ello, incluso en el descenso de su carrera, Chelsea y, por mucho que pueda decir Oliver Kahn, Bayern, se plantean su fichaje.

Cristiano es una oportunidad de mercado que asegura cantidades desorbitadas de goles, la experiencia del número 1 y un beneficio económico únicamente con su presencia en Champions.

Imagen principal: @realmadrid.


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