El fútbol es el mejor deporte del mundo porque en él reina la imprevisibilidad que hace que nadie, o pocos, sepan de esto. Por eso, entre otras cosas, equipos inmersos en depresión, cuesta abajo y sin frenos, encuentran fuerzas para desatar una rebelión y revivir bajo la tempestad. Es la épica, la magia, en este caso de un club donde la fe, el CREER, está a la orden del día cuando todo sale mal. Es el Atlético de Madrid.
Los 10 años de Cholismo han alcanzado un nivel de exigencia y expectativas inimaginables tras el rescate de un herido grave que hoy es un guerrero. La construcción de un equipo ganador, muy molesto pero a la vez adictivo, ha desembocado en un nivel cada vez más alto que hace que una mala racha de resultados y sensaciones, la peor en una década, haga tambalear todo lo logrado por dudar de la receta. Cuando todo está en contra y nada sale, creer.
La épica victoria ante el Valencia, fundamental en la nueva realidad del Atlético pero soñada hace una década, optar a quedar entre los cuatro primeros, cobra un valor doble por revertir una situación límite de la que su entrenador no encontraba salida.
Un partido no significa que todo esté resuelto, máxime cuando aparecen los mismos fantasmas, pero sí que hay triunfos que tienen el poder de cambiar dinámicas, de convertirse en un punto de inflexión. El Cholo espera que este sea el caso.
El entrenador argentino es capaz de hacer cosas que escapan cualquier tipo de comprensión lógica, como quitar a João por Felipe, y que le salga bien, a pesar del desconcierto en la grada, para que además uno de los grandes señalados del desastre prolongado, Hermoso, culmine la remontada. Simeone es de los pocos que sí sabe de esto.
El Atlético gustará o no, pero no es un equipo más. Es el peso de un escudo, el de verdad, que sostiene también su gente empujando frente a la adversidad y permaneciendo en el campo hasta el final: «En cualquier otro club nos hubieran silbado, la gente fue importantísima en el triunfo«, dijo El Cholo tras la locura.
El fútbol cobra sentido cuando además hace partícipe al mayor sostén de este juego, el pueblo, y lo implica en la consecución de los triunfos porque ellos también empujan desde fuera. El fútbol es mágico porque reúne a lemas que inspiran vida: CREER.
Imagen principal: @Atleti.
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