La Liga no tendrá público en las gradas para lo que resta de temporada, o lo que es lo mismo: en 14 meses no se ha avanzado nada. A día de hoy, La Liga y la ACB , únicas competiciones reconocidas como profesionales en España, y bajo la normativa del CSD (Consejo Superior de Deportes), es decir, del Gobierno, siguen bajo un veto injustificable que se está alargando demasiado en el tiempo y que ni los propios responsables de tal estupidez son capaces de justificar: «Cuando haya garantías, cuando haya seguridad, y cuando haya certezas, habrá público. Mientras haya riesgo, no lo habrá. No es un criterio deportivo, es un criterio sanitario», dijo esta semana José Manuel Rodríguez Uribes, ministro de Cultura y deporte. Una auténtica vergüenza, una mentira insostenible. ¿Cuál es ese criterio sanitario, señor ministro? Saquen al «comité de expertos» y den una explicación racional si de verdad la tienen.
Javier Tebas, presidente de La Liga, lleva meses anunciando la intención de que el público regrese a los estadios para el tramo final de temporada. También, como es lógico, hay un protocolo sobre la mesa listo desde hace mucho tiempo para garantizar que esto se produzca bajo garantías de seguridad. Lo inconcebible es que el Gobierno siga impidiendo este avance tan necesario en la sociedad para acercarnos a la vida de antes y recuperar parte de nuestras libertades.
En España ya hay público en casi cualquier evento cultural y político, sea o no en espacios cerrados: mítines, cines, museos, conciertos, partidos de categorías inferiores al deporte profesional… En todos los sitios menos en La Liga y en la ACB. Eso sí, el criterio es «sanitario» y no deportivo, claro. Lo que todavía no entiendo es por qué La Liga no ha impuesto una demanda en los juzgados ante tal desfachatez.
¿Cuál es la razón para que la única medida restrictiva en todo el país esté dirigida a La Liga y la ACB? De verdad, que alguien me lo explique. ¿Y por qué los clubes no alzan la voz cuando son los más perjudicados con toda la pasta en entradas que llevan más de un año perdiendo? No hay por donde cogerlo.
Juan Antonio Alcalá, periodista en El Partidazo de la Cadena Cope, afirmó el pasado jueves que la versión desde La Moncloa es que se avecinan partidos importantes en los que muchos clubes se juegan la temporada. Otra tontería más, porque a ver si ahora no vamos a ver recibimientos a autobuses en partidos de primera y segunda cuando ya estamos metidos de lleno en el tramo decisivo. Por supuesto que los va a haber, y no es que no permitir entrar al público en los campos vaya a ser una solución, sino todo lo contrario. La presencia de público en las gradas equivaldría a una organización protocolaria en los accesos, lo cual facilitaría el control sobre estas presuntas y «temibles» aglomeraciones.

Isaac Fouto también hacía hincapié en otro aspecto importante: hay varios estadios de primera división que ya han acogido espectadores en sus gradas en varios partidos en los últimos meses: 2.500 personas han ido a ver al Celta B en Balaídos; hoy va a haber la misma cantidad en el Cartagonova, estadio del Cartagena, para ver el Cartagena B vs Águilas FC; y lo mismo sucederá en La Romareda, donde 500 personas se darán cita para presenciar en directo el Deportivo Aragón vs Barbastro. Los estadios de primera y segunda división sí están teniendo público, ergo, al parecer, la categoría influye en la propagación del virus.
No es nada nuevo que la gestión en España de esta pandemia ha sido lamentable en todos los sentidos, pero el fútbol y baloncesto profesional ha ido mucho más allá, han sido las víctimas de una cascada de restricciones absurdas que lo único que han hecho es fomentar la sospecha y castigar a una industria que genera el 1,37% del PIB y 185.000 empleos directos en España, según la consultora PricewaterhouseCoopers (PwC). El riesgo cero no existe y la afición tiene derecho a volver a los estadios.