El domingo por la noche, leí por parte de Anxo Salcedo, responsable del mejor canal de Youtube sobre fútbol gallego, Fica coa Bola, una declaración que me pareció la más acertada posible para ese momento exacto en el que el Celta conseguía certificar su salvación. Anxo recordó unas palabras de Christopher Reeves, que representó a Superman en sus primeras películas, en las que decía que un héroe es “un individuo común que encuentra fuerzas para perseverar y tolerar, a pesar de obstáculos abrumadores”. Realmente, no existe mejor definición de lo que será Gabri Veiga para los celtistas durante el resto de su vida: un héroe.

Este RC Celta – FC Barcelona representó lo que ha sido gran parte de la temporada para los vigueses: todo el equipo bloqueado por el miedo y un chico de la casa apareciendo para salvar toda una ciudad y hacer feliz a las más de 300.000 personas que viven en el área metropolitana de Vigo.
El Celta llegaba con la peor racha de resultados de toda LaLiga Santander: una victoria, frente al colista y en el último minuto, en los últimos 11 encuentros. Cifras de Segunda División.
Llevabas demasiados años jugando con fuego, y esta vez no estaría Aspas para salvarte. Te ibas a quemar.

Pero apareció un hombre, que no un niño, y con un doblete, sentenciaría tu salvación. Sin Iago Aspas, con un equipo mentalmente muerto y con toda una afición pesimista por naturaleza, Gabri Veiga Novas consiguió realizar su último hito de celeste. Sí, su último servicio al club, porque fuentes cercanas al jugador confirman que no seguirá la próxima temporada en el RC Celta de Vigo.
Sin embargo, Gabri Veiga no se va por deseo propio, sino porque desde la directiva han dejado claro que prefieren sacar 40 millones de plusvalía por un canterano, algo respetable, aunque doloroso, y no convertir en el núcleo del proyecto celeste al jugador revelación de la temporada en España (11 goles y cuatro asistencias como centrocampista) y al símbolo a seguir para toda la cantera del club.

Puede entenderse que un club humilde prefiera asegurar una venta para conseguir un gran beneficio económico, pero la afición no perdona que se esté tratando de pintar al jugador como al malo de la película y que, pese a sus continúas muestras de amor al club, no se haya tratado de renovar su contrato aumentándole el sueldo y la cláusula de rescisión para conseguir una cantidad mayor de traspaso.
Además, no sólo es una muestra de conformismo y de falta de ambición para el proyecto deportivo, sino que estás dejando claro a una de las mejores canteras de España (enormes resultados que se demuestran con el playoff a Segunda División del Celta B predominado por jugadores salidos de juveniles estos años como Hugo Sotelo, Hugo Álvarez, Damián, Losada, Lauti, Tincho, etc.) que sólo la ves como una fuente de ingresos y que prescindirán de ellos a la mínima ocasión que les ofrezcan un traspaso.
Hay cosas más importantes que el dinero, y, a veces, el sentimiento es una de ellas.

Su destino será la Premier League y, aunque muchos equipos están interesados y las últimas noticias ponen al Liverpool o al Newcastle como los favoritos para llevarse al jugador, todo apunta a que el conjunto de Pep Guardiola, el Manchester City, podrá contar con el talento de Porriño la próxima temporada. Esperemos que Guardiola lo moldee como se merece, no sólo como futbolista, sino como trabajador, como persona.
Este fin de semana se produjo la actuación de un héroe que sabe que es su última aventura. Gabri Veiga no fue Superman salvando al mundo, sino un bombero rescatando a una familia antes de que se derrumbe su edificio, su hogar.
Era un hombre común, un vigués sin superpoderes (nunca tuvo ese cartel de futura estrella como sí lo tuvieron otros futbolistas como Miguel Rodríguez en las categorías inferiores del Celta) que dio todo por la gente y el club que quería.
Fue el más celtista de todos y, aunque termine yéndose del Celta en este mercado de fichajes, siempre será el más celtista de todos.
Muchas gracias, Gabri. Vigo siempre estará en deuda contigo.
Imagen principal: @RCCelta.