Tras la derrota en Andorra parecía que todo estaba listo para sentencia. Un equipo incapaz de generar peligro al rival y que fuera de casa no le ganaba a nadie. Pues bien, cuando peor pintan las cosas el Málaga vuelve a hacer que toda la ciudad se agarre a las pocas opciones que quedan de mantener la categoría.
El Málaga volvió a conseguir una victoria lejos de La Rosaleda más de siete meses después. Una primera mitad de escándalo y una segunda de sufrimiento, no podía ser de otra manera, consiguieron que las 500 almas que acompañaron al equipo celebrarán el séptimo triunfo de la temporada y arrancara de algún que otro rostro malaguista unas lágrimas de contención y liberación.
El centro del campo formado por el trío Ramón-Febas-Villalba lideró al grupo y demostró que en buen estado son capaces de desplegar un fútbol vistoso y eficaz. De hecho, con ellos en el campo el Málaga no ha perdido, sumando dos empates y dos victorias.
Mención especial a la jugada maradoniana de Febas dejando por el camino a varios jugadores del Villarreal. Aunque se lograra el milagro de la salvación, será un futbolista difícil de mantener en la plantilla, sin duda uno de los mejores de la temporada.
Ahora se presenta un reto mayúsculo y que no se logra desde noviembre de 2021, ganar dos partidos consecutivos. Para ser honestos no se deben de sacar dos victorias seguidas, sino alguna más, porque a estas alturas un tropiezo se convierte en condena.
El Cartagena será el equipo a doblegar el próximo domingo en Martiricos. Un club en racha de victorias y que acaba de asaltar los puestos de playoff.
A pesar del +3, ha sido una jornada nefasta en cuanto a rivales directos supone. Oviedo, Racing, Sporting y Leganés han ganado sus encuentros y la distancia con la salvación sigue siendo la misma. Aún así, la solución sigue siendo seguir ganando porque, aunque la tarea es complicada, el Málaga sigue dependiendo de sí mismo.
Imagen principal: @MalagaCF.
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