Gennaro Gattuso ha cambiado por completo la mentalidad de toda una institución como el Valencia CF en solo unos meses al frente de su banquillo. Tras años de mediocridad en los resultados del equipo, desconexión con la grada, y encontronazos entre entrenador y propiedad, el club che ha encontrado en el técnico italiano al candidato adecuado para estabilizar el rumbo deportivo y, con ello, apaciguar el descontento general del pueblo ante la impopular gestión de la cúpula comandada por Peter Lim.

Paradójicamente, el antídoto ha sido un tipo apodado ‘Ringhio’ (gruñido), por el intenso carácter que le ha acompañado a lo largo de su carrera. Una buena dosis de carisma que ha servido para transformar el estado de ánimo de la afición y llenar de confianza a esos mismos jugadores que en las anteriores temporadas carecían de aspiraciones.

Desde su llegada al Valencia en junio, Gattuso ha revitalizado a un equipo lastrado por la falta de recursos para competir contra los mejores hasta convertirlo en un conjunto que rebosa confianza en lo que hace y que, además, vuelve a contar con el respaldo de la afición, identificada con el carácter del técnico italiano desde el primer día.

Un entrenador que grita, corre, suda como el que más, está encima de cada acción de sus pupilos siempre en busca de la perfección, y que muestra una pasión desmedida en cada cosa que hace en su afán por reconstruir a un Valencia hasta la zona media alta de la clasificación. Y de momento, mientras sigue los resultados de LaLiga en directo, está en el camino correcto.

Gattuso ha modificado de forma radical la propuesta del Valencia hasta convertirlo en un equipo protagonista con balón, proactivo en la presión y vertical en el flanco de ataque. Un conjunto que elabora cada acción, intensifica la anticipación, y golpea impulsado por dos balas en sus banda, la capacidad de llegada de sus medios, y el gol innato para el que han fichado a Cavani. Incluso tras la marcha a última hora de uno de sus símbolos como es Carlos Soler, el grupo se ha mantenido unido y convencido de que lo que hacen, funciona.

El Valencia ha experimentado una clara metamorfosis hacia la excelencia dentro de sus capacidades y apunta a ser un outsider de las posiciones europeas. En mayor medida, gracias a un técnico que ha eliminado el conformismo instalado y abrazado a una hinchada que necesitaba a alguien que le volviera a hacer creer que pueden avanzar al siguiente nivel en su proceso de reflotar un proyecto deportivo demasiado maltratado en los últimos tiempos.

Nada como una buena dosis de carisma de un entrenador pasional que encaja a la perfección con la exigencia que siempre ha procesado el público de Mestalla.

Imagen principal: Edit José Manuel Calviño.


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