La incógnita general que ondeaba sobre la puesta en escena del nuevo CD Castellón se ha desvanecido. El conjunto orellut, tras un singular mercado veraniego, se ha estrenado por todo lo alto en la nueva temporada de Primera Federación. De la mano de la exótica propuesta del holandés Dick Schreuder, han firmado su mejor arranque liguero en el presente siglo.

Sería un error pensar que un buen inicio de campaña puede definir el destino final del club, pero la realidad es que se sigue una tendencia positiva muy definida. Tras caer en la ronda decisiva de la promoción de ascenso, los albinegros vuelven a ilusionar a un Castalia que responde a rebosar. No sólo por las victorias, sino por las alentadoras impresiones que reflejan sobre el terreno de juego.
Es innegable que el CD Castellón ha hecho méritos para convertirse en el equipo sensación de las primeras jornadas del campeonato, con una imagen casi inmejorable. Ahora, muchos reivindican la figura del ‘Glorioso’ sobre aquellos que no los visualizaban como favoritos en sus quinielas previas. El desconocimiento de un proyecto tan singular ha fomentado la sorpresa ante un rendimiento implacable.
No es de extrañar que en un principio se desconfiara del atípico mercado de fichajes de los albinegros -encabezado por la dirección de Bob Voulgaris-, resultando ser algo impropio de ver en una tercera categoría nacional. La llegada de jugadores foráneos desconocidos para el aficionado castellonense -y de la Primera RFEF-, era sinónimo de duda y desconcierto, por la planificación de la plantilla.

Los orelluts han estudiado a fondo el mercado extranjero en parte gracias al conocimiento de Dick Schreuder, técnico que a su vez llega al banquillo del CD Castellón tras ascender a la Primera holandesa con el PEC Zwolle. Aunque han llegado jugadores desde Primera Federación -Crettaz, Alberto Jiménez, Moyita y Julio Gracia-, el club no ha entrado en el típico intercambio masivo de cromos que se propone año tras año.
Tanto es así que diez de las 14 incorporaciones provienen de fuera de nuestras fronteras, desde ligas como las de Países Bajos, Bélgica, Portugal, Inglaterra y Grecia. Muy al ‘estilo Brighton’ de la Premier, esta situación ha convertido al vestuario de Castalia en un ecosistema tan variopinto de lugares de origen como de lenguas. Se pueden enumerar hasta 11 nacionalidades entre todos los jugadores.
El mérito de conseguir conjugar en tiempo récord a un equipo en construcción donde varios futbolistas chocan con el inconveniente de la integración y adaptación -de momento se habla en inglés, pero no todos con fluidez-, es simplemente excepcional. Dick Schreuder ha hecho que prevalezca el ‘idioma del fútbol’ sobre la barrera del lenguaje implantando un modelo de juego novedoso con éxito.
«Con todo el respeto, cuando tu rival está en el suelo, tienes que rematarlo: eso es parte del juego, al igual que la diferencia de goles»
Dick Schreuder, tras golear 13-0 al FC Den Bosch la temporada pasada
El mensaje del neerlandés ha calado entre sus pupilos, demostrando una personalidad bastante señalada para encarar los encuentros. Con una propuesta atractiva y muy divertida, el juego de Schreuder se basa en un estilo completamente volcado a lo ofensivo. Los rivales se suelen encontrar sometidos ante la incesante presión alta de los albinegros y la continua creación de ocasiones.

Manteniendo el bloque importante de la pasada temporada –con Manu Sánchez y Cristian Rodríguez como referentes-, se han añadido futbolistas al once titular que han elevado el nivel como Gonzalo Crettaz, Alberto Jiménez y Haris Medunjanin -primer jugador que repite en ELXIIDEAL de la Jornada de Primera RFEF-. La mayoría de los fichajes que han llegado desde el extranjero conforman el fondo de armario.
No es fácil adaptarse al sistema que propone Schreuder, con una zaga de tres centrales que dan lugar a dos carrileros con total libertad en las bandas. El 3-5-2 del holandés exige un nivel físico sobreelevado, de alta intensidad en la práctica totalidad de los partidos con muchos duelos directos, aunque con juego vistoso. Disponiendo las líneas muy adelantadas, incluso los defensas tienen luz verde de incorporarse al ataque.
La valentía conlleva riesgo, y más con un planteamiento exageradamente ofensivo. Pese a que el equipo ha demostrado ser capaz de adaptarse a diferentes registros, se ha observado debilidad a balón parado y con pases a la espalda de la defensa. La verdad es que, con este entrenador, es imposible que un partido del CD Castellón sea aburrido.
El espectáculo está servido con el ‘sello Schreuder’. Los albinegros ofrecen algo distinto y entretenido, no por el mero hecho de ser diferentes, sino porque funciona y, de momento, los está llevando muy alto.
El exótico idioma del fútbol ha hablado en un bloque singular al que le queda un largo camino, pero que ha establecido un muy buen punto de partida para seguir sorprendiendo y alcanzar el objetivo del ascenso.
Imagen principal: @cdcastellon.