La Real Sociedad se proclama campeón de la Copa del Rey 34 años después. Un título que hace justicia a una propuesta de fútbol atractiva y de dominio durante todo el campeonato y que se ha prolongado un año en el tiempo para que Illarramendi, desolado horas antes por no poder estar en la cita, se alzase con el título en el césped de La Cartuja con el resto de sus compañeros.

La Real es un equipo de chavales formados en Zubieta, de una filosofía de juego con la que muchos de nosotros nos identificamos: si tienes el balón e impides que tu rival salga de su campo, es muy difícil perder. Y eso es exactamente lo que ocurrió, un duelo que, sin ser ni mucho menos brillante, propio de una final en forma de derbi en la que hay miedo a perder, la Real supo controlar hasta ahogar al Athletic en lo único en lo que le podía hacer daño, las transiciones ofensivas.

El VAR tuvo una vez más su momento de gloria, primero con tres errores sobre una supuesta mano en la que Iñigo Martínez, de ser así, se encontraba dentro del área, para que luego sacasen la acción fuera por si acaso no lo era. Un pase de Merino a la espalda para Portu acabó significando el penalti decisivo provocado por el que un día abandonó Donostia para fichar por el eterno rival. La pantalla, por suerte para él, le dio una segunda oportunidad cuando ya iba camino de vestuarios, pero el Athletic no fue si quiera capaz de embotellar a la Real en su área con un bombardeo de centros a la vieja usanza.

Conviene recordar, porque ya ha pasado un año, el camino de ambos a la final, porque las formas importan: el Athletic eliminó al Elche en los dieciseisavos de final en penaltis después de que el conjunto ilicitano tuviese una pena máxima para anotar y pasar. La Real venció 2-0 al Espanyol; octavos, el Athletic venció de la misma manera que al Elche, está vez frente al Tenerife. La Real, 3-1 a Osasuna. Cuartos, el Athletic venció con un gol de cabeza en el descuento al Barcelona en el único remate a portería que realizó en todo el encuentro. La Real se impuso al Madrid en el Bernabéu por 3-4 (se llegó a poner 0-3 y 1-4 arriba); semis, el Athletic pasó con un gol de Yuri en el tramo final que frenó la remontada del Granada; la Real batió al Mirandés en los dos encuentros.

Las lágrimas de Oyarzabal, ya con el título bajo el brazo, simbolizaron el triunfo de un equipo que ha construido un proyecto con un estilo de juego reconocible. «Esto es la hostia», dijo Mikel. Real Sociedad, campeón de principio a fin.


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